viernes, 25 de noviembre de 2016

La violencia hacia las mujeres

Imagen tomada de Imagenzac.com.mx


Historias de violencia he vivido desde niña, sin saberlo.

Las mujeres de mi familia, de una u otra manera, han enfrentado las violencias de los hombres. Mi abuela se quedó sola con seis hijos en una época en la que era mal visto no aguantar maltratos. Lo hizo porque se sentía violentada y sacó de si una decisión, que otros pudieron juzgar como equivocada pero que hasta el día de hoy, cuando hablo con ella a sus 84 años, no se arrepiente de haberlo hecho.

Algunas de las mujeres de mi familia se han divorciado, las menos. Otras se han quedado por diversas razones, de ellas me habló hace dos años la sicologa Evelin Gonzalez en una entrevista. Porque no, porque no es fácil romper, no es fácil marcharse, y la mayoría de los juicios que hacemos al respecto no se acercan a las realidades de muchas mujeres.

Me tocó mi parte, mi parte de violencia directa, cuando luego de una relación bonita que tuve pero sin futuro quedé atrapada en la violencia sicológica de un hombre que se aprovechó de mi vulnerabilidad. No, no me di cuenta, no caí en ello durante seis meses, hasta que un hecho me hizo despertar y darme cuenta en la vorágine que estaba metida. Para muchos ese hombre "es un buen muchacho". La única persona que me advirtió sobre él fue mi abuela y tuvo toda la razón. Vio algo que quizás ella misma vio muchos años antes.

Y hoy también recuerdo a muchas mujeres que he conocido desde mi ejercicio de periodista. Recuerdo a Dolfi Angelina González, a quien el 25 de noviembre de 2005 su expareja le voló de un machetazo las dos manos y casi le abre el craneo con un machete. Recuperó sus manos con cirugía, pero le quedaron inútiles. El quería volver con ella...ella se negaba.

Recuerdo a Belkis Genao, la periodista de Sucesos que inició el conteo de mujeres asesinadas por sus parejas y exparejas cuando ninguna institución pública lo hacía. La muerte de su hija en manos de su esposo, que hoy está libre a pesar de tener una condena en su contra.

Recuerdo hoy a Fermina Molina, quien lo dejó, lo denunció, pero fue victima de la violencia económica, de la que nunca se habla. Desamparada, con tres hijos, con la negación de cualquier beneficio de un colmado que levantó junto con su expareja durante nueve años, tuvo que huir, dejando a sus hijos en manos de su agresor.

Las recuerdo a ellas tres, pero tengo en memoria a muchas más. Y hoy lo hago con tristeza, porque ahora se relativiza al violencia, ahora los signos de machismo son justificables, ahora si buscas las maneras de ayudar y concienciar sobre el tema te salta con "es que se debe luchar contra toda la violencia", porque no importa que la violencia que mata a más del 70% de mujeres asesinadas sea producto del machismo de sus exparejas, no importa eso. Importa mi burbuja, importan mis privilegios, importa que "como a mi no me pasa, eso es puro chantaje".

No, la mayoría de los hombres asesinados no mueren por ser hombres. Las mayoría de las mujeres (porque casos hay) no andan matando a cada hombre que celan, o que se les va con otra mujer como dicen, o por "amor" o por "pasión" o porque lo encontró con otro. La mayoría de los hombres asesinados no mueren porque "lo aman con pasión". O sea, hay un problema relacionado con ver al otro como posesión, como un ser inferior y sin derechos. Eso no se puede negar.

Veamos el panorama amplio. Busquemos como colaborar para que esto disminuya. Para que las relaciones no sean guerras de violencia, justificación de posesión, para desterrar ese concepto de "sin ti me muero", "si te vas te mató", "si no haces esto te golpeo"...algo tenemos que hacer y lo primero es tomar conciencia para accionar.

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