viernes, 22 de octubre de 2010

Wikileaks

Un caso que hay que tener pendiente. Un ejercicio informativo que ha levantado muchas ronchas.

Para ver el vídeo con el adelanto de la entrevista al fundador de Wikileaks, Julian Assange.


miércoles, 20 de octubre de 2010

Lengua

Escribo. Me gusta hacerlo. Me gusta publicar lo que escribo. Lo hago aquí y en mi otro blog (donde viven cono más libertad mis poemas y mis impresiones sobre literatura y libros).

También colaboró con otros espacios...aquí va el sentido de este post: Lengua. Lengua es una revista. No cualquier revista. Una revista con su toque, su manera de ver el mundo, el arte. Una revista dominicana, casa de muchos talentos, hecha a retazos de musculoso esfuerzo.

Tiene dos magos tras sus páginas: Paola de la Cruz y Zoilo Pimentel.

Aquí les dejo, en imágenes, una explicación sobre esta revista con la que me siento orgullosa de colaborar. Pueden ver en detalle de que se trata aquí



Acerca de Revista Lengua from Revista Lengua on Vimeo.

viernes, 8 de octubre de 2010

Día cuarenta y ocho. Un algodón y el servicio médico en Emergencias

Anoche tuve un accidente. Nada grave, en apariencia, pero si molestoso y hasta risible si se quiere. Mientras arreglaba algunas cosas en la habitación encontré unos hisopos. Decidí tomar uno y limpiarme los oídos. Error, doloroso error. Uno de los algodones se quedo dentro de mi oído derecho y mientras más trataba de sacarlo, más lo hundía.

Detesto los hospitales, detesto las emergencias. Hablo con mi novio y me dice que debo ir. La molestia empieza en mi oído y entiendo que no podré amanecer con ese algodón ahí.

Llamó un taxi. Le digo que me lleve a la Clínica de Especialidades Oriental, que queda en la avenida Sabana Larga, en Santo Domingo Este. Tengo malas referencias de la mayoría de las clínicas de la zona, pero confío en esta.

Llegó en pocos minutos. En la entrada de Emergencias de la clínica veo en un escritorio al doctor que asumo es quien debe hacer el registro y referencias de pacientes. Esta hablando por teléfono y lo deja un momento para escucharme. Le explicó lo que pasó. Me mira acerca su rostro a mi oído por unos segundos. Se sienta y me dice que no pueden hacer nada.

- ¿Cómo que no pueden hacer nada?
- Señorita, no tenemos con que sacar ese algodón. Venga a consulta mañana para que un otorrino la atienda.
- ¡¿Cómo que venga a consulta mañana?! El oído empieza a molestarme y no creo que pueda dormir con esta molestia. Además, ¿qué hago si tengo mucho dolor?
- Bueno, le podemos recetar algún calmante. Pero eso es delicado y aquí no tenemos con que sacarlo.

Acto seguido retomó su conversación por teléfono.

Estaba furiosa. Quería caerle a carterazos. ¿Qué clase de médico era ese? Salí afuera y tome un poco de aire. El enojo me aguaba los ojos. Mi novio me convence vía telefónica que debo moverme a otra clínica. Le digo que tengo temor de que digan lo mismo en otra clínica. Me dice que no es bueno que amanezca con ese algodón en el oído. Respiro y asumo la posibilidad de un recorrido clínico por toda la zona hasta que me saquen ese algodón del oído.

Segunda clínica. Entro a la sala de emergencias de la clínica Altagracia, a pocos metros del otro centro (¡ese maldit…!). Una doctora con cara de mucho cansancio me recibe. Le explico esperando la peor respuesta. Su respuesta me sorprende y me alivia.

- Siéntate. Va a ser un poco molesto.

Me siento. Veo que rebusca entre unos instrumentos que están en una bandeja. Levanta una pinza, cuyos sostenedores son parecidos a una tijera. Inclinó la cabeza. En un minuto la tortura acaba. Me mira.

- Lección aprendida. No te limpies los oídos con un hisopo.

Le doy las gracias y le preguntó cuanto debo pagar. Hace un “chuipeo” con los labios y me dice que nada, que por eso nada.

Me voy.

Pienso en el médico de lo otra clínica y me lamento que lo sea.

lunes, 4 de octubre de 2010

R. Dominicana vista por Junot Díaz


"Ustedes saben lo que está pasando en nuestro país, lo que está pasando en la isla y son los artistas, gente como Rhina Espaillat, que nos ayudan en estos momentos difíciles, a entender lo que está pasando. El arte tenemos que defenderlo porque los religiosos, los hombres de negocios y los políticos no sirven para mucho".

"Para mí no veo nada en el mundo más grande e interesante que mi pueblo de Santo Domingo. Amar a un pueblo es una decisión. Cuando tu vives lejos. Cuando el pueblo no le gusta aceptar a la gente de la diáspora, es difícil amar a ese pueblo".

"Yo quiero a Santo Domingo con un amor profundo, no porque nací allá o tengo padres dominicanos, sino que este pueblo merece un amor profundo. Creo que cualquier persona que conoce este pueblo, el país real, no el de los anuncios, ni el de la máscara, ni lo que dicen los periódicos, se enamora de este pueblo".