lunes, 30 de marzo de 2015

Crónica sobre el Comité Político del PLD

Las oportunidades de hacer crónicas son pocas, así que cuando me la dan, brinco de un pie. Esta la escribí para la edición del viernes pasado en DL. Es una crónica de ambiente de la reunión del Comité Político del PLD.




El “Big Bang” reeleccionista toma la Casa Presidencial PLD, y matiza Comité Político

Consignas a favor Danilo Medina y Leonel Fernández recibieron miembros cúpula peledeísta



SANTO DOMINGO. Las conjeturas sobre si el Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) trataría o no la reelección convirtió anoche la Casa Presidencial peledeísta en el "Big Bang" de dos bandos, que con letreros y consignas luchaban por hacer valer los vientos de Leonel Fernández y "los cuatro años más" de Danilo Medina.

Los vecinos de la apacible calle Doctor Piñeyro, en la Zona Universitaria, donde está ubicada la sede dirigencial, posiblemente no imaginaron tal proselitismo, cuando unas dos horas antes de las 8 de la noche, sólo un hombre trataba de llamar la atención.

"Estoy aquí, porque con Leonel Fernández se inició el cambio en todo, en la educación, en el progreso del país", dijo Cristian de los Santos, quien alrededor de las 6:40 de la tarde sostenía un pedazo de cartón en el que había escrito "No a la reelección. Seguimos pa lante con el León".

Diez minutos antes había llegado el primer miembro del CP al lugar, José Ramón (Monchy) Fadul, quien reiteró que no se trataría ningún tema electoral, pero aclaró: "Si un compañero quiere hablar de la reelección, es su derecho, y no se le puede impedir".

A las 7:00 p.m. se presenta un grupo con enormes letreros pintados de blanco y con mensajes en letra roja. "Lo bueno no se cambia. Danilo sigue. Stalin Lebrón firme". "¿Saben quien es Stalin Lebrón?". Pero parecen no conocer al ex precandidato a diputado por el PRSC, condenado en el 2002 a 10 años de prisión por matar a un activista de su partido. Fue indultado al año siguiente.

Se inicia la llegada de los dirigentes: Jaime David Fernández, Cristina Lizardo, Francisco Javier García, Reinaldo Pared Pérez (secretario general), Bautista Rojas Gómez, José Joaquín Bidó Medina, Franklin Almeyda y Simón Lizardo.

La emoción de los gritos anuncia la llegada de Leonel Fernández. Eran las 7:25 de la noche.

Un segundo grupo ha tomado la acera del frente. Letreros con fotos de Medina.

Francis Pérez, quien hace 7 meses estuvo en el lugar amarrado a una cruz, se arrodilla junto a la puerta de entrada, enciende dos velones. "Es para que el presidente Danilo sepa discernir. Ya no son vientos, sino huracanes lo de Leonel".

Ramón Ventura Camejo arriba al lugar. Desmiente un acuerdo para no hablar de la reelección. Dice que presentará el tema. Sigue Rafael Alburquerque, Alejandrina Germán, Félix (Felucho) Jiménez, Rubén Bichara, y la vicepresidenta Margarita Cedeño.

"Los dinosaurios no hablan, patean", expresa Euclides Gutiérrez Félix. Pasan Radhamés Camacho, Juan de los Santos, Radhamés Jiménez y Temístócles Montás.

Una gran algarabía anuncia la llegada del mandatario, a las 7:55 de la noche. "¡Llegó el jefe!", vociferan. Enseguida se encienden las voces. "¡Cuatro años más, Danilo es que va!".

En medio del alboroto, que obstaculiza la vía, pasan desapercibidos Miriam Cabral, Gonzalo Castillo, César Pina Toribio, Alma Fernández, Lidio Cadet, Julio César Valentín, Abel Martínez y Eduardo Semán.

A una esquina, en la calle Padre Pina, un señor de lentes y de baja estatura, organiza otro grupo. Los divide. Los primeros marchan hacia la Casa Presidencial con letreros a favor de Leonel. El otro parte atrás con pancartas a favor de Danilo. Ambos enfrentan sus consignas por unos minutos. Luego se retiran.

Los ánimos son apaciguados por agentes de seguridad del PLD, uno de ellos conduce lejos de la zona al señor de los lentes. Dentro de la Casa Presidencial comienza la reunión.

Aquí en la edición impresa.



miércoles, 11 de marzo de 2015

Campaña de odio sin límites

El tema dominicano haitiano ha tomado dimensiones insospechadas, en una campaña de odio que se alimenta de un lado y otro.

Ayer supe que el tema no tiene límites.

Una amiga periodista, y es lo que me asombró y decepcionó, comenta en Facebook del caso de un supuesto patanista dominicano ahorcado en Haití. Le pregunto preocupada, pues ante la tensión cualquier cosa puede pasar. Me da de referencia una web que reporta desde Barahona, me parece, y se llama Frontera 25.

Veo la nota con la foto explicita del hombre ahorcado. Una impresión horrible. Leo. La fuente de la "información" son las redes sociales.

No puede ser.

Me detengo en la imagen y me crece la duda aun más, pues se parece mucho al rostro de un joven que hace cinco días mató a su esposa en una población rural de Puerto Plata. Mis dudas se acrecientan porque el patanero dominicano que fue detenido en Puerto Príncipe por chocar a una mujer había llegado al país ayer.

Tras horas de indagar en internet, donde pude confirmar que además de este portal otros se habían hecho eco de este despropósito, recurrí a amigos que viven en Puerto Plata. "Sí, ese es el muchacho", me responde uno de ellos en una conversación en el chat. Me envían la foto a blanco y negro de un portal puertoplateño del lugar del suceso: Natalio Bravo de espaladas, con más amplitud de campo, en que se ve colgado de un árbol y los policías y otros curiosos viendo la escena. A pesar de la falta de colores la similitud es concreta.



Me puse en contacto con un periodista de ese portal. Le envíe la foto descontexualizada. Corroboró mis sospechas. La foto correspondía al asesino de la joven Dilenia Vázquez Pascual, cuyo cadáver fue encontrado el pasado 5 de marzo en una finca, mientras los puercos se lo comían. Su asesino se colgó de un árbol.

Muchas cosas me pasan por la cabeza, pero va una pregunta. ¿Hasta donde piensan llegar con esto?


domingo, 8 de marzo de 2015

Lydia Cacho. La entrevista guardada

No recuerdo el día exacto, pero fue en marzo del 2012, hace tres años. Tenía pocas referencias de ella cuando me enteré que vendría al país. Busqué información sobre Lydia Cacho y me negué a no conocerla. Busqué la entrevista. La conseguí. Pero nunca fue publicada.

¿Por qué? No interesó. Había salido una entrevista de ella en otro periódico. Guardé el audio. La agenda diaria me tenía bastante ocupada. Un día decidí transcribirla, pero aquella grabadora no tenía puerto USB para grabarla en la computadora. Los afanes del diarismo me hicieron olvidar por un tiempo el texto a medias de la entrevista.

La grabadora se dañó.

Guarde el texto, como una especie de vergüenza del trabajo descuidado. El año pasado pedí por Amazon su libro “Esclavas del Poder”. Fue una revelación. Volví al texto con culpa. Pensé en publicarlo en el digital del diario donde trabajo, pero las fotos no aparecieron en el archivo.

Hoy en la mañana empecé a recordar algunos detalles del día en que la entrevisté.

Estuve varios minutos sentada en el lobby. Se me acercó un señor, ahora no recuerdo el nombre, que me saludó y me llevó al ascensor a la habitación donde se hospedaba. Recuerdo su efusivo saludo. Ahí estaba también Cristina del Valle, una activista y cantante española. Tomamos jugo de naranja. No recuerdo ningún detalle de lo que hablamos antes de encender el grabador, pero si recuerdo con detalles el escenario tras la ventana. Cielo gris, el mar, las palmas y los autos.

Decidí publicarla hoy, a esta hora de la noche. No puedo negar que siento tristeza, como una especie de falta de empeño. Me gustaría tener una vía ahora para comunicarme con Lydia, decirle que lo siento por descuidar sus palabras, por no pelear aquella entrevista, para decirle que a pesar de que sabía que no la publicarían, me mantuve horas transcribiendo lo que me dijo y que de vez en cuando releía sus palabras. Decirle que la admiro de corazón, que agradezco su trabajo como periodista por las mujeres que sobreviven en las grietas de este mundo.

Este domingo es día de la mujer. “Argénida, ¿crees que es necesario que se celebre un Día de la Mujer?”, me preguntó hace unos minutos un compañero en la redacción. “Sí, estoy segura que sí. Aun a las niñas les cortan el clítoris. En muchos países las matan por acusación de adulterio. Necesitamos un día para visibilizar eso”, se me ocurrió responder. Claro que en esto que dije hay mucho más, hay mucha falta de derecho a vivir de muchas, millones, de mujeres.

Pensé en Lydia, en su trabajo, en el riesgo que ha significado para ella exponer el derecho a una vida mejor de las mujeres.

Ahora les dejo sus palabras, maceradas durante tres años, pero que siguen siendo tan vigentes hoy en día. Es una entrevista larga, pero les aseguro que cada palabra vale su peso en oro. 

Lydia Cacho. Foto: Fundación Lydia Cacho/Facebook.

¿Cuál crees que sea la razón de que a pesar de los avances, la modernización y la preeminencia de la era globalizada la violencia contra la mujer es una realidad tan dolorosa?
La violencia contra las mujeres está directamente relacionada con ciertos valores culturales, es decir, cada vez que la gente dice que tenemos que cambiar los valores tiene razón.  Ahora, ¿qué valores va a suplir por los valores del machismo, el sexismo, el racismo? Es decir, si constituyen valores culturales, sociales, religiosos.


Por un lado, encontramos que los países más avanzados, digamos no colonizados en los siglos recientes, tienen exactamente el mismo renacimiento de estas formas de violencia contra la mujeres. Encuentras la trata de mujeres, la violación sexual de niños, niñas y adolescentes en países tan avanzados como Suecia y Noruega. Incluso sus leyes están muchísimos mejores que las nuestras. Pero también lo encontramos en Latinoamérica, en África, en Asia. No hay un solo continente que se libre de la violencia contra las mujeres y el nacimiento de esta violencia tiene que ver mucho con la discriminación que se convirtió en un hecho absolutamente naturalizado por parte de los padres de la democracia.

Entonces, si no analizamos los patrones de la construcción sociocultural desde los griegos, de los grandes filósofos, no podemos entender lo que nos pasa hoy en el siglo XXI. Somos producto de nuestro pasado y solo tenemos la habilidad de transforma el futuro, pero solo lo podemos hacer revisando a través del presente como nos construimos como seres humanos. Todas las personas estamos llenas de contradicciones, y como las personas las sociedades están llenas de contradicciones y entonces encontramos todas las formas de violencia discriminatorias que tienen mucho que ver, justamente, con el avance de la globalización y con los valores y el capitalismo.

(En este momento suena un móvil. La llamada es para el fotógrafo)

Tenemos que entender el papel que  juega la globalización y el propio capitalismo es un subproducto de estas nociones culturales. Es decir, el capitalismo cuando se dice, como se decía en los setentas, el capitalismo salvaje es lo que es. Es un capitalismo, que no creo que sea salvaje, es absolutamente moderno en el peor de los sentidos. Hereda todas las taras sociales que tienen que ver con discriminación, el racismo, la competencia descarnada, la explotación laboral. Todas las victorias que se lograron en la mayoría de nuestros países, hablando de Dominicana y México, a partir de las grandes batallas de los derechos laborales se han ido perdiendo a través de implementación del capitalismo en esta supuesta democracia avanzada. Lo que tenemos en realidad son democracias electorales, pero no tenemos democracias sociales y lo tenemos que aprender que distinguir.

Las mujeres hemos perdido con la democracia. Hemos logrado el voto pero aquí estamos dando la batalla. Las mujeres nos quejábamos en los años setentas de que teníamos una doble jornada y ahora tenemos una triple jornada. Somos profesionistas, jugamos un papel importante en el ámbito de nuestras vidas privadas, casi siempre liderando las familias, y por otro lado, somos quienes estamos tratando de cambiar el mundo, no solo porque nos afecta a nosotras sino porque afecta a los demás. En el mundo entero el 90 por ciento de las organizaciones que están promoviendo la paz y la igualdad están constituida por mujeres y en ellas trabajan mujeres. Hay una triple jornada que tiene que ver con la reconstrucción del mundo y en ese sentido hay un andanada tremenda de agresiones contra las mujeres, porque por supuesto el patriarcado sigue. El patriarcado es también hijo del capitalismo y de esta democracia electoral que tenemos.

 "Muchas mujeres educan en la desigualdad porque son producto de la desigualdad. Y muchos hombres educan en la desigualdad con su ausencia, porque en la desigualdad le han dicho a los hombres desde niños que son dueños de lo público y que no son dueños de lo privado, lo que hacen es seguir los valores del machismo porque así los educaron". 

¿Desde qué punto, entonces, podríamos gestionar los cambios ante la violencia de género?
Los cambios se han llevado a cabo. Es decir, Dominicana tiene una ley importante en violencia intrafamiliar, modificada en el 97. Eso es importante y es, evidentemente, un logro de las mujeres y algunos hombres políticos que pudieron entenderlo y fueron instruidos y acompañarlos por movimiento de mujeres para entenderlos y ese logro no puede descalificarse.

Sin embargo, lo que necesita Dominicana, igual que México y que lo logramos y que necesitaba España y otros países, es una ley general integral. Es decir, cuando tu produces una ley que no es integral, que no esta reglamentada en todas las provincias, para que de esa ley no solamente surjan los principios jurídicos de protección a las victimas sino también una transformación integral del sistema de justicia penal, para que haya un sistema de justicia penal acusatorio, en el cual las victimas no tengan que hacer sus propias investigaciones, que tienen que sacrificar su vida doblemente para tener que recibir cualquier tipo de justicia si es que viene eventualmente, para combatir la impunidad y la corrupción en los sistema de justicia penal necesitas integral esta ley con un buen sistema de protección a las victimas. 

También necesitas refugio para mujeres, centro de atención a victimas especializados en violencia de género.  Y esto significa que tiene que existir especialistas que necesitan ganar un buen salario para que puedan dedicarse tiempo completo a las victimas.

Es decir, hay una corriente mundial que la sociedad ha creído que las mujeres además de ser parte integral de la transformación del mundo, tenemos que sacrificar nuestras vidas. El fenómeno de la madre Teresa. Es decir, solamente podemos ser reconocidas o transformadoras sociales cuando estamos sacrificando nuestra vida, nuestra integridad y nuestra salud en aras de los demás. Estas concepciones absolutamente judeocristianas, de la mujer sacrificada. Lo que el feminismo propone es todo lo contrario. No vamos a sacrificarnos por el mundo, ni hombres ni mujeres. Lo que tenemos que hacer es políticas y ser pro paz; y ser pro paz significa cuidarse a si misma, tener un buen salario, defender los derechos laborales, a la salud y la vida sin violencia que integre incluso la felicidad.

Entonces cuando creas una buena ley integral contra la violencia de género, lo que estás haciendo es tomar todos los aspectos que involucra el fomento de la violencia en el ámbito social, entonces toma la educación primaria y educas a los niños con los valores de la igualdad, reconociendo las diferencias, pero primero tienes que educar a los profesores porque traen taras brutales sobre la violencia, son maltratadores casi naturales en las mayorías de las escuelas públicas del mundo. Hay mucho sexismo desde los adultos. Tienes que hacer otra vez un abordaje integral y multidisciplinario y en la transformación de profesorado vas a tener una transformación del alumnado de otra manera no lo podrás lograr nunca.

Y ya no podemos seguir hablando de la prevención. La prevención para los gobiernos en general es un tema que ha caído en la patología absoluta. La prevención la gente cree que es ir a hablarles a las personas sobre los problemas que las personas conocen de si mismas y de su entorno y sin darle herramientas. Hay que hablar de la provención y la provención implica no solamente la explicación del problema sino un diálogo entre iguales, entre las personas incluso con los niños sobre los problemas sociales y las habilidades y capacidades que tenemos para transformar esos problemas. 

Lydia Cacho es perseguida por su trabajo como
periodista, tras revelar redes de trata de mujeres.
Foto: Fundación Lydia Cacho/Facebook.
Si tu trabajas con niños en las escuelas en provención les va a enseñar a hacer un análisis de la sociedad, van a saber que hay trata de niñas y niños, que hay turismo sexual. Van a saber quienes son los que están intentado atraer esos niños y niñas y que hay hoteles dedicados a la explotación sexual, a la prostitución. Pero no los vas a incentivar al medio, sino que le vas a explicar la realidad que te rodea y que tienes derecho a otro tipo de vida. Entonces vas a construir ciudadanía. Es provención construir ciudadanía, educar, dialogar como iguales y, por supuesto, enseñar a los niños a la solución de los conflictos sin el uso de la violencia. Porque en la medida en que somos capaces de negociar nuestros conflictos podemos en verdad transformar las cosas.

Todas las formas de violencia surge de la desigualdad y bueno, por supuesto el racismo es otra expresión de desigualdad, y el sexismo es la madre de todas las desigualdades. Pero las leyes sobre violencia contra la mujer o de género parecen, por la experiencia, ser solo papel al momento de examinar los hechos. No se producen las leyes en el vacio. Nadie, ningún político, ni un diputado, ni un presidente pueden sustraerse de la realidad sin hacer una transformación individual.

Entonces, cuando queremos transformar el sistema de justicia penal en cualquier país esto tiene que pasar por una transformación de los individuos. Por la provención. Cuando las autoridades en este mundo patriarcal y verticalizado dicen que la sociedad debe transformarse deben demostrarlo. Tú no puedes tener a un líder político diciendo que las leyes se transformar cuando no tenemos un abordaje integral. Sin congruencia no se puede abatir ninguna crisis social y menos la de violencia de genero. Por eso el sistema de justicia penal debe ser revisado y no estoy hablando solo de las leyes, de los jueces, de los policías investigadores…el tema de cómo se están abordando de manera parcial y aislada todas las transformaciones en términos jurídicos.

Cuando hablamos de violencia contra las mujeres no podemos abordarla única y exclusivamente desde lo social atendiendo a las victimas, que es lo que hacemos en casi todo el mundo, o judicial en el tema de la supuesta persecución a los agresores. Cuando tú tienes solamente el dos por ciento de acusados encarcelados o sentenciados tienes ya una incidencia brutal de impunidad. Y esa impunidad es producto de valores culturales. Puedes tener en el papel las leyes, la tenemos en México y tenemos índices de feminicidios brutales y es porque tenemos jueces que siguen diciendo que las mujeres son culpables de la violencia que se ejerció sobre ellas. Entonces no hay manera de forzar un proceso de reeducación social. Tenemos que tener paciencia y con tiempo estamos perdiendo la integridad de miles de mujeres, es una tragedia sin duda…pero la realidad.

También creo que los medios juegan un papel importante en la reproducción de estos valores, en la reproducción del lenguaje y que los periodista necesitan más capacitación en todo el mundo, con respecto de que se habla y cómo lo decimos, porque mucha gente dice violencia de género, muchos políticos. Pero qué significa. La mayoría de los redactores en los periódicos creen que cuando dices violencia contra las mujeres creen que es violación contra las mujeres. Entonces yo creo que ese es uno de los factores fundamentales, la transformación social. Es la esencia de todo. Va a ser lento, sí. Y a lo mejor no  nos va a tocar ver los resultados, también. Pero tenemos que hacerlo.

No lo hace desde la rabia, no lo hace desde el enojo, sino desde la noción de que se tiene que transformar el mundo desde una perspectiva más integral que incluya a todos los hombres, por supuesto.

"Yo quiero ver al primer político dominicano que se pare frente a los medios y empiece a hablar de la explotación sexual comercial de las adolescentes dominicanas, que es un problema monumental"

¿Cómo has visto la participación política en el tema en República Dominicana?
Estamos en México en una situación parecida a Dominicana. Nosotros también estamos en un proceso electoral bastante microbiando con la corrupción, en la impunidad y los tránsfugas de todos los partidos y la falta de responsabilidad autentica de los políticos en general.

Creo que todos los procesos electorales en estos momentos en nuestros países están en una crisis esencial en que ya se vale decir absolutamente de todo con el fin de llegar donde quieren llegar al poder. Eso está claro. Me parece que no hay mucha discusión ni análisis al respecto. Lo que si creo es que se necesita ejercer mucha más presión al respecto sobre estos políticos, no importa de que partido sean, si son de izquierda o de derechas. Lo importante es que tienen que comprender que los derechos de las mujeres y las niñas no son negociables.

Yo quiero ver al primer político dominicano que se pare frente a los medios y empiece a hablar de la explotación sexual comercial de las adolescentes dominicanas, que es un problema monumental. Es decir, a partir que en Estados Unidos pasan la ley en el año 2000 sobre la explotación sexual comercial y el turismo sexual de los americanos y canadienses, son fichados por el gobierno norteamericano y los agentes migratorios. Ahora esos turistas vienen a nuestro países encontrando aquellos países donde pueden. Tenemos una miríada de clientes de turismo sexual que están viniendo para acá, buscando espacios nuevos, donde colonizar los cuerpos de mujeres y niñas y Dominicana es un lugar de ellos.

Necesitamos que los políticos hablen de eso. Que van a hacer para batir la trata comercial además de las demás formas de violencia contra la mujer…y volvemos a la integridad. Tú no puedes hablar de violencia contra las mujeres sino no hablas de la economía, ni del bienestar sobre las mujeres. Si tu tienes un porcentaje elevadísimo de mujeres que son cabezas de hogares, que no tienen espacio de seguridad que darle a las niñas, que no tienen guarderías, además, tienen que trabajar más de ocho horas, esos niños no tienen protección del Estado, no es que están abandonos por sus madres, sino que están abandonados por el Estado y luego esas niñas tienen altas probabilidades de caer en estas redes…entonces, ¿qué pasa con la industrias hotelera dominicana? ¿Quiénes son los explotadores? ¿Qué pasa con las reglas de turismo? ¿Van o no van a firmar los hoteles dominicanos un código de ética contra la explotación sexual infantil?

Me parecen que esos son los temas que volvemos a poner sobre la mesa. Me parece que tenemos que comenzar a escuchar a los políticos hablar sobre estos temas. Quieren llegar al poder, vivir del poder, esa es nuestra realidad política de la democracia electoral que tenemos, porque no es una democracia real. En ese contexto tenemos que exigirles mínimos y los mínimos serían en este momento la trata y la explotación sexual de mujeres.

¿Ha invisibilizado el tema del feminicidio la realidad del abuso de niñas?
Para nada. Para mi es importantísimo  que se hable de feminicidios, que la gente entienda que es una tragedia nacional que las mujeres estén perdiendo la vida por buscar su libertad o, simplemente, por ser mujeres. Creo que hay que empezar a posicionar desde los medios y socialmente estos otros problemas que también están integrados a la violencia contra las mujeres.

La explotación sexual de las niñas y las adolescentes en el contexto del turismo y la prostitución, que es la gran industria del comercio sexual, también esta correlacionado con el abuso sexual infantil. La mayoría de niños y niñas que encontramos en el mundo entero que son victimas de las redes de sexo comercial fueron abusados en la infancia. Hay ciertos patrones en que los niños normalizan el abuso que vivieron en el hogar que lo pueden seguir resistiendo en el ámbito externos, y entonces en la medida que no abordemos el abuso sexual infantil en los hogares no podremos afrontar la trata de personas, porque se normaliza la explotación sexual desde los hogares aunque no sea comercial.

¿Qué papel tendrían que jugar los hombres, de manera social, participativa y educativa con este tema?
Los hombres juegan el papel en blanco en este país. Son los hombres excepcionales que están tomando una postura real con respecto a la violencia contra las mujeres. ¿Qué quiero decir con postura real? Ser congruentes, es decir, asumir las batallas en conjunto. No solamente ser sensibles de que tengo hijas y hermanas, que es el discurso más tradicional que dan los hombres. Aunque no tuviera hermanos sería igual de sensible ante la violencia contra los hombres. Entonces me parece que hay una falta de compromiso y congruencia y que es vital.

La otra cosa, es que los hombres que son sensibles ante la violencia contra la mujer y son incapaces de ejercerla de manera cotidiana, son hombres que cuando se enteran que una mujer cercana su primera reacción es de violencia. Esos hombres tienen que empezar a preguntarse como pueden usar sus herramientas personales de indignación para transformar la sociedad. Por supuesto que pueden indignarse, pero no pueden seguir indignándose desde la violencia. La violencia no erradica la violencia.

Aquí, el programa que está haciendo la Procuraduría de reeducación a los hombres, aunque es pequeño ha tenido casos de éxitos. La mayoría de hombres que han estado en este programa no han reincidido. Aquí tienen un elemento importante para darle seguimiento.

Pon tu dinero donde pone tus promesas políticas. Si esta fiscalía y las personas especializadas que trabajan con los hombres agresores no tienen recursos no solamente económicos, sino materiales y humanos, ese esfuerzo importantísimo va a quebrar. Pero es un esfuerzo importantísimo. Son dos buenos ejemplos a seguir. El mensaje cambia, ese ejemplo hay que tomarlo como parte vital y incluirlo en una ley integral. La nueva masculinidad debería estar integrada…porque no se puede solo trabajar rescatando a las victimas sin trabajar con el victimario. Hay diferentes tipos de victimarios. También tienen que incluir en esta ley integral el tema de la trata de niñas y adolescentes y los clientes de prostitución. Necesitamos estadísticas, quiénes son los clientes, qué sucede en Dominicana con la trata de mueres, el perfil clientelar.

Foto Mari Resendiz. Fuente: Wikipedia
De la investigación que hice para Dominicana para Esclavas del Poder, que también hice en Venezuela y otros países del Caribe, es que tienen un altísimo porcentaje que son clientes dominicanos pero que pagan muy poco. Ellos no son los que le ponen la gasolina a la industria del comercio sexual, pero si son quienes las sostienen parcialmente. Ahora, el turismo sexual comercial, que es el que viene a dejar muchísimas plata en dólares y en euros para la explotación sexual, ese turista ese perfil tenemos que conocerlo. Lo que investigue es que vienen de Estados Unidos, de Canadá, de España y Rusia, vienen cada vez más de Rusia. ¿Por qué vienen a Dominicana estos clientes? Conocer estos hombres y mandar un mensaje claro, las mujeres dominicanas no están en venta, ni las niñas. Este mensaje hay que enviarlo a los políticos y a los medios también.

¿Y la mentalidad de las mujeres, la manera de criar con diferenciación a hijos e hijas, qué tanto influye en estos procesos de violencia de género?
Hay programas que se están haciendo en ese sentido en Dominicana, pero los recursos son pocos. Reeducación de las mujeres pero con fondos de la Cooperación Española y otras ONG’s, es lo que hablábamos, de la colonización de los servicios sociales, es otra vez esta visión. Por un lado los políticos critican esta colonización pero no hacen nada para erradicar esa colonización económica. A la medida en que los gobiernos empiecen a invertir en sus instituciones que están haciendo la tarea que le correspondería al Estado o por lo menos están colaborando con el Estado, en esa medida las cosas van a cambiar.

Creo que es un tema central. Somos todos, hombres y mujeres, victimas de estos clichés. Estos tabús los reproducimos a veces sin darnos cuenta. Por qué las mujeres habrían de ser todas feministas, por qué todas tendrían que comprender como criar en la igualdad si nunca han vivido en ella. ¿Cómo puedes pedirle a alguien que eduque desde la paz si creció a golpes? Lo que necesitas a comenzar a permear una nueva educación. Tu no le puedes decir a una mujer tienes que educar a tus hijos de una manera distinta, que tienen los hijos y las hijas responsabilidades iguales, derechos iguales. Tú no puedes hacer eso si no tienes la colaboración de tu comunidad y del Estado para entender que eso es una realidad social. Si todo en tu entorno te dice que las mujeres sobreviven en este contexto y los hombres en esto otro tu vas a reproducir el modelo imperante porque es la manera de sustituir en el mundo y eso es cierto. Además, es cómodo para mí y para ti. Yo fui educada así.

Mi madre, contrario a lo que papá quería, se impuso su visión feminista. Las niñas van a hacer educadas con los mismos derechos y responsabilidades que los varones…aquí nos tienes, acabamos siendo normales. Tú no puedes pedirle a una mujer que cambie toda su vida y la de sus hijos cuando la sociedad la castiga por cambiarlos.

Las feministas en muchos países somos fustigadas socialmente, económicamente, en ciertos entornos, estamos en la resistencia constante que es desgastante y a veces te pones triste, te enojas. Cómo les pides a las mujeres que vayan a contracorriente cuando la sociedad es de padres ausentes. Muchas mujeres educan en la desigualdad porque son producto de la desigualdad. Y muchos hombres educan en la desigualdad con su ausencia, porque en la desigualdad le han dicho a los hombres desde niños que son dueños de lo público y que no son dueños de lo privado, lo que hacen es seguir los valores del machismo porque así los educaron. 

Todos somos producto de la cultura. Estos hombres creen que tienen dinero en la cartera tienen derecho a ser padres ausentes. Una niña que no ve a su padre y lo ve pocos días a la semana aprende que ese señor es quien manda aunque no esté. Descubre que ese señor tiene acceso a todos los derechos en la casa sin habérselos ganado. Eso es educar en la desigualdad. Porque nos dicen desde pequeñas que tenemos que ganar nuestros derechos, y a los niños que los ganan desde la violencia, con la imposición del poder. Las dos formas son avasallantes. No enseñamos a los niños el derecho al erotismo, de la intimidad a la emotividad, de la expresión de sus emociones y tenemos cientos de hombres buscando sexo por paga porque son incapaces emocionales.

En toda violencia sexual contra la mujer hay una ruptura entre la intimidad y la apropiación  y colonización de los cuerpos.

Mientras persistamos en discutir el tema de la violencia contra las mujeres, incluyendo la sexual, solo desde el ámbito de la penal, desde la persecución jurídica de los malos no vamos a lograr absolutamente nada. Algunos malos en la cárcel, que eso es bueno, pero luego que pasa con todo lo demás. No son castigos ejemplares, porque hay que trabajar en el tema de la educación y tiene que ver con los medios y eso nos los sabemos de memoria. A la medida que los medios sigan cosificando a las mujeres de todas las formas posibles y no haya un contraste nadie lo va a entender.

Tú no puedes decirle a la sociedad que tiene que entender que hay otras formas de ser mujer si no se las muestras. Si las televisoras no muestran programas de televisión con mujeres que pueden ser hermosas pero que no están convertidas en objetos para el gozo del otro, la gente no va a normalizar esa otra imagen. ¿Por qué nos miran a unas como las heroicas? Eso es un absurdo. Como lo que yo hago, o lo que hacen aquí muchas feministas lo hacen millones todos los días pero no son visibles. Es mejor hacer una mujer excepcional, y las demás no lo son. Creo que todos los seres humanos tenemos la habilidad y la capacidad de ser excepcionales.

Eso de los medios incluye también el tema de lo musical. Por ejemplo, aquí tenemos una discusión desde hace años con el hip hop, ahora el dembow, el reguetton y con los que sus letras dicen sobre el tema de género y vemos a los niños bailando como adultos. ¿También es parte de la cosificación?
La trampa del patriarcado, del mundo machista al que pertenecemos, nos dice que cuando hablamos de cultura y hablamos de violencia en la cultura estamos hablando de censura y tenemos que tener mucho cuidado y enfrentarnos a eso. No es cierto que estés hablando de censura cuando estás hablando de la forma en que se reproducen ciertos valores de violencia y se incita a valores de violencia a partir de ciertas representaciones de la cultura. La literatura incluye. 

En México hubo una discusión brutal con este libro, que además es malísimo, “Memorias de mis putas tristes”, de Gabriel García Márquez, porque quiso hacer una muy mala imitación por cierto y lo que logró fue un esperpento. Hubo una discusión sobre esto y los medios avasallaron diciendo que lo que se estaba intentando hacer era una censura cuando era una crítica absolutamente válida de cómo se están representando a las mujeres en este contexto.

Lo mismo sucede con el tema de la música. Recientemente en premios en Estados Unidos se dijo que no se iba a premiar este tipo de canciones, que traen contenidos que incentivan el asesinato de las mujeres ¿Vamos a prohibir los discos? No. Lo que vamos a hacer es acompañar a los chicos y chicas a escuchar y entender lo que eso significa. Es decir, el desarrollo de herramientas intelectuales, emocionales y personales  para cuestionar lo que está ahí. No podemos seguir siendo como la manada de borregos. Tampoco vivir desde el patriarcado político que censura y dice esto no se escucha.

La plataforma de Artistas contrala Violencia está haciendo algo interesantísimo. Hace una charla con estudiantes para mostrar como a través del arte de perpetua el sexismo y la cosificación de las mujeres. Y la reacción de los jóvenes es monumental, les cambia la forma de ver el mundo. Hay que empezar a hacer ese análisis, no desde la demonización de la música. Vamos a analizarlo, vamos a escucharlo. En México lo hemos hecho con rancheras de  José Alfredo Jiménez.

Lydia Cacho: “Si podemos salvar a una persona, por qué no podemos salvar al mundo”

Lydia Cacho. Foto: Fundación Lydia Cacho/Facebook.
En esta parte le preguntó sobre su vida, sobre su trabajo, los riesgos que ha enfrentado.

Ha sido amenazada. Estuvo secuestrada. ¿No le parece demasiado riesgo?
Lo pienso continuamente. Digo, voy ahora a cuidar mis gallinas, mis hortalizas y mi burro. Yo creo que es la pasión por seguir viva. Le pueden poner precio a mi cabeza pero mi corazón no está en venta. Es como los corazones que laten juntos. Cada vez que voy a un país encuentro hombres y mujeres que piensan igual, que comparten la pasión, que buscan transformaciones, y que también están cansados, que también lloran  y que también se entristecen por la situación pero han decidido seguir adelante.

Pues yo siento que nos encontramos en el sufrimiento y en las lágrimas, pero también en las alegrías y en la felicidad y en el amor, y para mí es muy importante.

Desde niña he sabido que los derechos no lo deberíamos ganar a pulso, deberíamos tenerlos naturalmente y asumirlos con responsabilidad. Y uno de nuestros derechos es definitivamente al amor, a la felicidad, a la intimidad. Y eso yo lo resguardo muchísimo, para mí mi vida emocional es importantísima. La alimento todos los días.

Creo que haber resistido todo, el encarcelamiento, la tortura, la violación. Todo lo que he resistido, y ahora estas últimas agresiones y amenazas de muerte tiene mucho que ver con una preparación que he tenido. Tengo más de 20 años haciendo yoga, nutriendo mucho mi vida espiritual, que no religiosa, y por supuesto gozando los afectos. Vivir día a día, y decir ahora estoy aquí  y estoy viva. No se mañana, pero aquí mientras esté voy a disfrutar lo que hago. Voy a encontrarme con una situación más que una experiencia vital importantísima.

"Creo en los pequeños logros en las grandes batallas, definitivamente. Y es en lo que me enfoco".

¿Cuándo decidiste tomar este compromiso? Más allá de la vocación usual de los periodistas, la curiosidad, de dar voz a los que no tienen voz…
Yo creo que es una suma de experiencias y no una decisión de un día para el otro. Es una suma desde la adolescencia, definitivamente. Vivir en un contexto de desigualdad, da opciones. O te rindes ante la desigualdad y te conviertes en parte del sistema, o te resistes al sistema y descubres tus propias herramientas. Yo las descubrí en la adolescencia. Primero me rebelé con mucha violencia y tuve muy claro como es mi lado oscuro y que podría en vez de ser una defensora de los derechos humanos, ser muy buena sicaria. Es decir, podría irme a Suecia a comprarme las mejores AK47 y con eso acabar con los malos. Pero he decidido no hacerlo. Estoy convencida que la violencia es una elección que hacemos todos los días y la no violencia también y yo elegí la no violencia porque es lo sano para mí, es lo que a mí me da paz interior, es lo que creo que verdaderamente nos permite transformar la comunidad, el entorno.

La violencia no solo nos hace daño a nosotras, sino también a todo los que nos rodea y siempre viene de regreso, de una forma u otra. Y eso lo tengo muy claro.

Cuando yo comencé a hacer periodismo, mi madre era feminista y yo vengo de ese contexto. Mi manera de ver el mundo, mi perspectiva –que ahora la llamo perspectiva de género- la tenía desde niña y simplemente era una herramienta con la que crecí y la comencé a utilizar en el periodismo y curiosamente la vida también me ha llevado ahí. Yo empecé de reportera iba a cubrir asuntos, supuestamente de economía en la zona maya, en Quintana Ro. Las mujeres no me querían hablar de dinero, economía o trabajo, me querían hablar de la violencia que estaba viviendo. Pues también la vida me llevó por ahí. Son estas causalidades.

¿Cómo sobrevivió todo esto?
 Yo diría que a partir de mi encarcelamiento, que Cristina y la plataforma estuvieron muy cerca de mí en ese momento, y... (hace una pausa). Lo único que yo recuerdo con toda claridad, que se convirtió en una convicción de todo peso cuando estaba siendo torturada y pensé que me iban a matar, fue justamente que eso había valido la pena. Y tiene que ver con el profundo agradecimiento a seguir viva. Estoy profundamente agradecida de seguir viva. No con los malos, con los que me torturaron, no con los que me encarcelaron, sino con el resto del mundo que me salvó. Las agrupaciones de mujeres, mis colegas de los medios, toda la gente que se movilizó  para que saliera viva. Y es una muestra fehaciente de que las cosas pueden cambiar. Si podemos salvar a una persona, por qué no podemos salvar al mundo. Y creo que es una de las cosas que me mantienen siempre cuando me estoy dando por vencida, cuando me agoto.

¿Qué sentimientos tienes de que las personas involucrada en tu caso sigan políticamente tan vigentes?
Creo en los pequeños logros en las grandes batallas, definitivamente. Y es en lo que me enfoco. Cuando yo escribo un reportaje, cuando escribí  “Esclavas del poder” nunca creí que por seguir a todas las mafias más importantes del mundo de trata de mujeres iba a lograr que las encarcelaran. No soy tan ingenua ni tan soberbia. Lo que creí que ese libro podría ser una herramienta útil para que comprendamos y desmitifiquemos el poder de los tratantes y entendamos que son parte de una cadena de redes sociales que van fomentando…redes sociales de la vida real (risas)…estas pequeñas cadenas de seres humanos que deciden vender y comprar a otros seres humanos. Era lo que quería lograr con ese libro. En ese contexto fue que hice mis libros anteriores, con todos, incluido “Demonios del Edén”, que fue que me llevó a la cárcel.

En toda esa historia, que tenemos ya comprobado que hay 22 servidores públicos implicados en mi tortura y encarcelamiento e intento de violación en la cárcel. Tenemos un logro fundamental frente a estos dos 22 casos de impunidad y es que el líder de este banda, Jason Carcuri, acaba de recibir hace unos meses la sentencia de 112 años de prisión. ¿Qué significa esto? Es una sentencia histórica en Latina América, la primera en México, por pornografía infantil y por explotación sexual comercial, por trata de niños y niñas para el turismo. Esa sentencia lo que hace es sentar un precedente para cualquier otro que pretende hacer eso. Eso es un logro monumental y me emociona muchísimo. 

Cuando el juez federal para anunciármelo, nadie lo sabía, fui a su oficina y me anunció la respuesta, yo iba con una de las abogadas de la coalición, y me pidió que llamara a las niñas y llamamos a las jovencitas que fueron niñas cuando fueron abusadas. Creo que fue uno de los momentos más emocionantes de mi vida. Yo lloraba, el juez lloraba, todo el mundo lloraba. Claro, porque las niñas lo que dijeron fue “ya podemos seguir con nuestras vidas adelante”, con mucha alegría. No había sentido de venganza, que es lo que yo he aprendido de ellas. La mayoría de las niñas a quienes yo entreviste me dijeron “yo te voy a contar mi historia si me prometes que no le va a pasar a otro”.  Y eso a mí me hizo conectarme, como periodista, con esta sensación de que la justicia no es venganza sino reinvidicación de los derechos y protección de los otros y las otras.


No queremos que estén en la cárcel para vengarnos de ellos. Yo, no. A mí no me interesa la venganza. A mí lo que me interesa es que los demás van a estar protegidos de este tipo de agresiones, y que tenemos que encontrar los medios para que la sociedad este protegida. Entonces, sí, es uno contra veintidós, pero vale la pena. 

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Esta fue la única foto que guardo de aquella entrevista, tomada con el móvil.


lunes, 2 de marzo de 2015

Discurso de Medina: Examinar la cifra


Del discurso de rendición de cuentas del presidente Danilo Medina estuvo, como es obvio, lleno de referencias de logros.

Sin embargo, si uno se detiene en algunos aspectos y se investiga un poco, se descubren aspectos que aunque presentados como logros, parecen no serlo tanto.

Un dato que me llamó la atención para ponerlo entre comillas fue el de la reducción de la deuda del Sector Público no Financiero (SPNF), por el hecho de que se habló de reducción en porcentajes, pero sin decir de qué monto se reducía.

Esto fue lo que dijo

"También en el plano económico, hace apenas un mes,como saben, compramos la deuda solidaria de 4,027 millones de dólares que el país había adquirido con la empresa PDVSA de Venezuela a través del acuerdo de Petrocaribe, por un monto de 1,933 millones de dólares.
Solo con esa transacción, la República Dominicana redujo la Deuda del Sector Público No Financiero en 2 mil 94 millones de dólares, al mismo tiempo, el porcentaje de la deuda con respecto al PIB se redujo en 3.3 %.
Y el monto de la deuda externa del sector público no financiero en 9%".

De acuerdo con los informes trimestrales de la deuda pública remitidos al Congreso por la Dirección General de Crédito Público, del Ministerio de Hacienda, "al finalizar el cuarto trimestre del año 2013, el saldo de la deuda del sector público no financiero (SPNF), tanto interna como externa, totalizó US$23,203.7 millones".

En ese mismo período pero del 2014, la deuda del SPNF totalizó US$23,811.3 millones. Para enero del 2015, de acuerdo con la Dirección General de Crédito Público, este monto alcanzaba US$22,125.6 millones.

El cuadro está publicado en la página de Hacienda.



Sí hacemos un cálculo simple, nos damos cuenta que la deuda pública ha tenido un crecimiento constante, pasando de un US$19,463.3 millones en 2012 a un US$23,803.1 millones en el 2014.

Si tomamos lo dicho por el presidente Medina, de la disminución por la compra de la deuda de Petrocaribe, nos daría una cifra cercana a los US$22,125.6 millones apuntados en enero del 2015 (de acuerdo a la calculadora la deuda de 2014 menos el monto de Petrocaribe es US$21,715.1). Una reducción de un 3%, y que se acercaría al nivel del deuda del 2012.

En cuanto al porcentaje de deuda en relación con el Producto Interno Bruto (PIB), el presidente Medina apuntó que se redujo en un 3.3%. De acuerdo a los datos de Hacienda, para final del 2013 está relación era de un 38.5%, y para diciembre del año pasado era de 37.2%.

Mientras que de la deuda externa del sector público no financiero, la cual señala disminuyó un 9%, pasó de US$16,074.5 millones a US$14,410.9 millones, lo que casi la pone al mismo nivel del 2013, cuando totalizó US$14,913.4 millones.

¿Por qué busco los números? Porque podría resultar engañoso mostrar porcentajes sin enunciar el monto de donde es calculado. Por ejemplo, si uno se fija en la deuda externa del sector público no financiero se percata que la reducción simplemente nos puso al nivel del 2013. También ver que sin la compra de Petrocaribe la deuda habría mantenido su constante sobre los US$23,000 millones de dólares.

Un logro presentado que se dimensiona y uno se percata que tan logro es.