jueves, 29 de diciembre de 2011

Día setenta y siete. 2011


Se acaba el 2011. Este es un resumen de hechos internacionales que elaboré para Diario Libre.

Revoluciones, crisis económica y protestas marcan año 2011

Muerte Osaba Bin Laden deja a terrorismo sin figura principal
Hombre observa portadas de periódicos el día muerte de Bin Ladem

SD. El año que finaliza ha sido escenario de una tumultuosa agenda mundial en la que primó el levantamiento civil contra regímenes dictatoriales en el mundo árabe, y las protestas en Europa y Estados Unidos ante las consecuencias sociales de la crisis económica.

La "Primavera Árabe" fue la protagonista de los primeros meses del 2011, una ola que se inició en Túnez con manifestaciones masivas, luego de la muerte del joven Mohammed Bouazizi, quien se inmoló en protesta ante la situación de su país. Estas revueltas provocaron la renuncia del presidente tunecino Zine El Abidine Ben Ali y se expandieron a Egipto, Marruecos, Argelia, Yemen, Libia y Siria. Seguir leyendo


miércoles, 7 de diciembre de 2011

Día setenta y seis. Reparación del liceo

Después de la ocupación, después de las portadas de periódicos y las noticias, se inició un programa de reparación del Liceo República de Argentina.

Bien. Una acción limitada pero necesaria.

Lo malo...esta imagen lo dice muy claro.



viernes, 18 de noviembre de 2011

Día setenta y cinco. Los indignados de New York

New York anda en estos días revolteada con sus indignados, que fueron sacados a la fuerza del parque Zuccotti, en el centro comercial de esa ciudad. Insisten y se han mantenido con la voz en alto y con su protesta contra el sistema económico que señalan como responsable de la crisis.

El 15 de octubre pasado hubo una manifestación global de indignados. En algunos países siguen en pie de manera similar que en New York y Madrid. Igual, están siendo reprimidos.

¿Sirve para algo? Los resultados prácticos son difíciles de asumir, pero de que son una piedra en el zapato de un sistema que ha probado ser bastante injusto, lo son.

Aquí les dejo un vídeo realizado el día del desalojo de los indignados de New York, movimiento que han llamado "Occuped Wall Street". Lo interesante del vídeo es que mientras uno ve las imagenes de los policías esposando a los manfiestantes y empujandolos, suena de fondo la famosa canción de Frank Sinatra: New York, New York.

martes, 8 de noviembre de 2011

Día setenta y cuatro. Veinticinco horas de ocupación


Domingo 6 de noviembre, 9 de la noche. Comentaba una entrevista a la presentadora Zoila Luna en Twitter. Último día de vacaciones. Día de la Constitución. Pocos han mencionado algo al respecto. El presidente de la República ni siquiera fue a los actos conmemorativos en la ciudad de San Cristóbal. Recorre barrios. Lo usual cuando se está en campaña.

Viendo uno que otro twit me entero de una ocupación. ¿Ocupación de qué? ¿Por qué? Es el liceo República de Argentina, ubicado en la calle Mercedes casi esquina Duarte, en la ciudad colonial. Recuerdo el liceo, queda justo al frente de la Casa de las Academias. La Academia Dominicana de la Lengua donde trabaje unos meses…me desvío de la ocupación. ¿Quiénes ocupan y por qué?
En breve mis dudas empiezan a aclararse.

Por una cuenta de Twitter de un reportero del periódico El Caribe supe que eran unos jóvenes de un movimiento llamado La Revuelta. Uno de muchos. El grupo se denomina “Lxs Libertarixs” (supe al día siguiente que las equis se debían a un asunto de respeto de género…un recurso de ahorro para no decir las y los, y libertarios y libertarias). Empiezo a buscar en otras webs de periódicos. Nada. El único medio que cubre la ocupación es El Caribe.

Otros contactos de Twitter empiezan a dar información cuenta a gotas. La ocupación inició a las 7 de la noche. Sacaron al guachimán*. Era pacífica. A los pocos minutos me pasan el link de un blog en el que publicaron un manifiesto. Leo. El centro de su demanda es la exigencia de que se cumpla la ley que asigna el 4 por ciento del PIB a la Educación. Veo la foto en la página web de El Caribe. Dos rostros conocidos, uno de ellos leyendo una hoja que asumo es el manifiesto.

El Twitter revienta de opiniones a favor y en contra. Escribo que me parece una metida de pata. Alguien me pregunta el porqué. Respondo que una ilegalidad no se combate con otra ilegalidad. Dudo de mi argumento. Un periodista me dice en el Facebook que parece una acción política y no de reclamo social. Sí, es política y social, pero asumo que me habla de política partidaria. Sigo los comentarios en el twitter bajo el hangtag #Ocupación4%. Me pregunta un fotógrafo amigo, oriundo de Chile, que de que trata la ocupación, qué si son estudiantes. Le explico que no son estudiantes de liceo. Me dice que no entiende entonces el valor de la ocupación. Pienso lo mismo.

Doce y veinticinco de la madrugada. Me muestran fotos de las pésimas condiciones del centro escolar. Dicen que están ahí también para reclamar su reparación. En su manifiesto no señalaron eso como razón para ocuparlo. Ánimos caldeados entre la defensa de la ocupación y personas que consideran que no deberían reclamar un derecho afectando la docencia. Mucha información sin aclarar. La Policía rodea el liceo. Muchos expresan el temor de que traten de entrar a la fuerza a la edificación para desalojar el grupo. Me siento cansada. Decido apagar la laptop.

Lunes 7 de noviembre. En la mañana seguí las incidencias de la ocupación en las redes sociales y en los periódicos, que a poco, empezaron a cubrir la situación. Algunos se sumaron casi al mediodía. Los ocupantes habían dicho que iban a dar clases de Derecho y Ciudadanía, publicaron un programa en el blog donde habían dado a conocer su manifiesto. Estudiantes se sumaron a las exigencias.

Cuatro y media de la tarde. Hace media hora que me reintegré a las labores de la redacción después de casi tres semanas de vacaciones. Estoy cerca del liceo República de Argentina. Cuando llego encuentro un escenario de tensión. En la acera del plantel, que tiene las puertas cerradas con candados, un grupo que se identifica como profesores del liceo alzan letreros en los que se leen: “Devuélvanos la escuela”. Unos quince estudiantes le acompañan. Vociferan acusaciones en contra de los ocupantes. “¡¿Cuánto les pagaron para ocuparnos?!”.

En la acera del frente, los muchachos con banderas amarillas respondían con arengas a favor del 4 por ciento para la educación. Los periodistas van de un lado y del otro. Los estudiantes se apartan del grupo. Les tomó una foto. El transito se dificulta. Algunos conductores sacan las manos y muestran cuatro dedos. “Estamos de acuerdo con la lucha pero que nos devuelvan la escuela”, me dice una profesora. Un joven, que se identifica como parte del grupo, me dice que esas personas son mandadas por el partido oficial, que pertenecen al ayuntamiento. Empiezan los enfrentamientos verbales. Amenazas.

Pero nada sobrepasa la barrera de los gritos y media hora después los profesores se dispersan. Aprovecharon su protesta para arrancar de las paredes exteriores del liceo los carteles que los ocupantes habían colocado con la lista de exigencias. Los rompieron. El grupo de apoyo a los ocupantes empieza a recoger el estropicio de papeles y pedazos de cartulinas. Converso con una estudiante del liceo.

“Ellos nos están haciendo un favor a nosotros y nosotros tenemos que conservarlo y valorarlo. Tomarlo de las manos. Ellos no pueden hacerle lo que estaban haciendo, porque eso es una violencia. Muchas gente están diciendo que yo no soy de esta escuela. No saben lo que están diciendo, ellos no están valorando lo que ellos están haciendo, que nos están dando un apoyo y nosotros tenemos que apoyarlos a ellos y no a la escuela”. Habla con rapidez y agudeza. Se llama Paola.

Otra estudiante se acerca. “Se llena la escuela de agua y eso no puede ser. Se llena, llena. Y cuando se llena de agua hay que despachar. Tú me entiendes”. No logró preguntarle su nombre pues un grito desde dentro del liceo ocupado me llama la atención. “¡Auxilio! ¡Están entrando!”. De inmediato pienso en los policías. Los periodistas corremos a la parte trasera del plantel. Pero no son los policías, ellos siguen apostados en sus lugares, sin prestar atención al grupo que corríamos apurados. Sofocada entró al plantel junto a otros periodistas y los jóvenes que apoyaban a los ocupantes desde la acera frente al liceo.

Estoy en el patio. Paredes descascarada y ralladas. Ventanas rotas. Grafitis por todos lados. Agua posada. Parece una escuela abandonada. No puedo creer que ahí se de clases. No puedo creerlo. Estudié en una escuela pública. Esto es un chiquero. Una señora se identifica como directora de la regional educativa a la que pertenece el liceo. “Nosotros entramos porque tenemos llave”. Alza la mano derecha y enseña una pequeña llave color cobre. “Vinimos a hablar con ellos, pero no nos quieren escuchar”. Dice que hace una semana encontraron quien apadrinará el plantel, que iban a empezar a pintar. Miró a mí alrededor. Se necesita más que eso.

“¡Dejen de hablar mentiras!”, vocean los ocupantes desde el techo de la edificación. Un hombre que se identifica como comunitario discute con unos de los jóvenes. Los gritos de afuera se replican adentro.

“¿Por qué dejaron que este plantel llegará a estas condiciones?”, le pregunto a la directora regional. “Es que hace un tiempo queríamos remodelar, pero el Patrimonio Cultural nos dijo que la escuela era patrimonio de la zona colonial, que ellos debían decidir sobre eso. Estamos negociando con ellos”. “¿Pero desde cuando están negociando?” “Desde hace un tiempo”, me responde y da la vuelta. No pude preguntarle quienes eran los padrinos.

Luego de tomar fotos y fílmicas del tétrico lugar, camino hacia la puerta trasera del plantel. Está cerrada. La directora regional parece que hizo uso de la llave color cobre sin recordar que todos los periodistas seguíamos dentro. Mis colegas y yo llamamos a las redacciones e informamos de la situación. Nos sentamos en unas deterioradas butacas. Un señor que dice ser el presidente de la Federación de Asociaciones de Padres de Escuelas Públicas y Privadas, y que parecía tratar de ser intermediario de los muchachos, se me acerca. “Te voy a dar una primicia, ellos dicen que abandonan si logran un acuerdo firmado con la ministra de Educación”. Llamó a la redacción del periódico y paso el dato.

Diez minutos después se abre la puerta y los camarógrafos tratan de atrapar a la persona que, rauda y veloz, huye en un Toyota Carim gris. “Era uno de los del grupo de Educación”. Lo recuerdo. El de la camisa azul y corbata amarilla.

La calma regresa. No quedan rastros de las autoridades educativas. Los ocupantes siguen en el techo del liceo. La tensa calma regresa. Me marcho. A través de mi móvil ofrezco algunos detalles de lo sucedido. Son las seis de la tarde.

Seis y media de la tarde. Entro a la redacción. Mi editor interrumpe una conversación que mantiene en su móvil. “¿Es cierto que están entrando al liceo de manera violenta?”. “No, dejé todo tranquilo. No fue la policía. Eran representantes de la regional”, le informo. Tres minutos después se me acerca y me dice que la persona al teléfono había recibido esa información incierta. Le comento lo sucedido. “Hay que regresar más tarde a ver como sigue todo”, me apunta. En la redacción las opiniones a favor y en contra son parte de las conversaciones.

Enciendo el computador. Redacto. Vuelvo al Twitter. Las opiniones siguen. El rumor de una desocupación violenta tiene vigencia en las redes. Veo algunas actualizaciones relacionadas con los que ocupan el lugar y los que le apoyan. Me dicen que supuestamente han bloqueado sus smartphones, y por eso no están informando de lo que pasa. Algunos periodistas que quedaron en el lugar informan lo que sucede. Todo sigue tranquilo. En minutos todo parece tomar un giro. La ex presidenta de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), Maria Teresa Cabrera, y el sacerdote Pablo Mella van al Ministerio de Educación a llevar un documento de parte de los ocupantes. Salgo para el liceo.

Ocho y quince de la noche. Llegué tarde. Los ocupantes se habían marchado. Maria Teresa Cabrera me explica las condiciones de la desocupación. Educación se comprometió a reparar el liceo. ¿Y sobre la exigencia del 4 por ciento? No había ningún representante de los ocupantes a quien preguntarle. El vocero de la Policía saluda. Los agentes, que antes rodearon el lugar sin intervenir, entraban y salían del plantel. Una amiga periodista me saluda y conversamos.

Quince minutos después escribo en la redacción. Trato de que algún representante de Lxs Libertarixs me haga llegar el documento que enviaron a la ministra de Educación. No pude conseguirlo. “Desocupan liceo tras acuerdo con Educación” es el titulo de mi nota. La cierro. Mi amigo fotógrafo chileno me hace preguntas por el Facebook. Cuestiona el hecho de que terminaran acordando el arreglo del liceo para desocuparlo sin más. “No puedo creer que el objetivo haya sido el remozamiento del centro. Qué básico”, me escribe.

Apago el computador.




*Guachimán: agente privado de seguridad muy mal pagado y peor preparado.

jueves, 20 de octubre de 2011

Día setenta y tres. Moammar Gadafi, muerto

Hoy murió Muammar Gadafi. Gobernó Libia por más de 40 años. Meses de lucha entre rebeldes de su régimen, apoyados por la OTAN, y los fieles de Gadafi. Se ocultaba en Sirte, su ciudad natal.

Libia es un pueblo compuesto por tribus. Gadafi de algún modo, no del más humano, mantuvo una unidad que ahora peligra. Posiblemente jefes tribales empiecen a luchar por el poder. La guerra civil es una posibilidad muy real.

Los países celebran. El medio Oriente parece más callado. Muchos piensan en el futuro de Irán.

Esperemos.

viernes, 14 de octubre de 2011

Día setenta y dos. Los indignados y el 15O



La indignación es el nuevo lema, el gran grito contra un sistema que parece no funcionar.

El movimiento que inició en España, con sus acampadas en la Puerta del Sol a partir del pasado 15 de mayo (15 M), se ha convertido en una ola mundial que mañana se hará presente en practicamente toda Europa y varios países en los demás continentes.

La crisis económica, generada por la ambición de las grandes corporaciones y bancos, ha desencadenado la protesta mundial. El futuro, ese tiempo inexistente que se solía ver con cierta esperanza para la mayoría de los europeos y en Estados Unidos -donde en las últimas semanas sus indignados han tomado Wall Street-, se ha convertido en una palabra sin sentido.

En otros continentes, incluyendo América Latina, acostumbrados a los sinsabores que sus gobiernos y sus poderosos están acostumbrados a darles como futuro, la indignación cobra el significado de la reinvindicación que cuesta tanto conseguir ante los males que parecen ser eternos y a los cuales sus gobiernos democráticos no parecen querer resolver o ni siquiera mejorar.

Mañana el 15M se replicará en muchos países, incluyendo a República Dominicana, donde se ha convocado a una caminata que saldrá del Parque Independencia a las 10:00 de la mañana y llegará al Parque Colón, al lado de la Catedral Primada. En ese lugar se tiene pautado realizar actividades y expresiones artísticas para hacer valer la voz de indignación ante nuestro gobierno.

Es un grito necesario, es una movilización que creo necesitamos apoyar y a la que tenemos que sumarnos. A nos quedarnos callados ante un sistema que nos ve como objetos.

En este enlace pueden leer un interesante artículo en la revista Orsai sobre el origen del 15M, escrito por uno de sus gestores: "Pienso, luego estorbo"




miércoles, 5 de octubre de 2011

Día setenta y uno. Muere Steve Jobs


Falleció hoy uno de los grandes revolucionarios e innovadores tecnologicos del siglo XX e inicios del siglo XXI.

Buen viaje, Steve Jobs.

Aquí un emotivo discurso de este icono de nuestro tiempo.



jueves, 29 de septiembre de 2011

Día setenta. Redondo Llenas y la libertad de expresión

La decisión de un tribunal en otorgar el derecho de publicar una columna de opinión en un medio digital de comunicación al reo Marío José Redondo Llenas, condenado por el asesinato de su primo José Rafael Llenas Aybar (quien al momento de su asesinato, el 04 de mayo de 1996, tenía 12 años de edad), sin que medie el control o permiso de alguna autoridad carcelaria ha disparado la indignación de muchos.

La condena moral, desde el punto de vista del escándalo que significó ese crimen en la sociedad dominicana -cuyo proceso judicial fue extremadamente mediatizado, transmitiendo en vivo sus audiencias-, ha primado en este decisión sobre las consideraciones legales. Ayer, el diputado Luisin Mejía rechazó la decisión expresando que lo que debería escribir Redondo Llenas "es un artículo de como matar un niño con 38 puñaladas".

Con la intención de aclarar el aspecto legal de esta situación, consulté a algunos abogados. Nassef Perdomo, abogado con especialidad en derecho constitucional, me señaló en un comentario hecho en mi muro de Facebook que "en ninguna parte de la Constitución se establece que el condenado queda suspendido en sus derechos civiles y políticos. Sólo queda suspendido en sus derechos de ciudadanía, y la libertad de expresión no es uno de ellos".

Perdomo señaló que esto lo afirmaba a partir de los artículos 22 y 24 de la Constitución. ¿Qué dicen estos artículos? El 22 específica que son derechos de los ciudadanos: 1) Elegir y ser elegido; 2) Decidir a través de un referendo; 3) Ejercer derecho de iniciativa popular, legislativas y municipal; 4) Formular peticiones a los poderes públicos y 5) Denunciar faltas cometidas por funcionarios públicos. En tanto, el artículo 24 establece como primera de cuatro condiciones para que estos derechos sean suspendidos el de una condena irrevocable de pena criminal.

Por lo visto, la libertad de expresión y difusión de pensamiento no está incluida dentro de los derechos ciudadanos pasibles de suspensión por una condena penal. Así que desde el punto de vista del derecho, fuera de la condena moral, Redondo Llenas tiene derecho a escribir de manera pública sus pensamientos y pareceres. Nos guste o no.

Su primer artículo ya fue publicado en Ciudad Oriental. En el habla sobre un episidio en la cárcel donde está recluido y de este hecho hace reflexión sobre la situación de los reos y el tratamiento en circunstancias especiales de estos. Los que quieran puede leerlo aquí. Ayer, la página Keseyoke hizo un buen resumen sobre el caso de asesinato del niño Llenas Aybar.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Día sesenta y nueve. El juicio de "Sobeida"

Hoy finalizó la primera etapa del proceso judicial de los implicados, ya culpables, en lavado de activos en los negocios de narcotráfico de José David Figueroa Agosto.

En primera instancia fueron hallados culpables por lavada de activo y condenados Sobeida Félix (5 años, tras negociación con los fiscales), Eddy Brito (12 años), Mary Pelaez (15 años), Sammy Dauhujre (15 años), Juan José Fernández Ibarra (15 años), Ivanovish Smester (15 años) yMadeline Bernard (esposa del asesinado coronel José Amado González, 5 años). La única descargada y declarada inocente fue Dolphy Pelaez.

Digo primera etapa, porque de seguro vendrá el proceso de apelaciones de parte de los abogados de algunos de los implicados. Así que, contrario a los que muchos piensan, este caso seguirá orbitando en la opinión pública por un tiempo más.

Fuera de pensar de sí están o no todos los involucrados en la red que mantuvo operando al narcotraficante Figueroa Agosto en el país en este grupo de condenados, es importante señalar que este caso nos mostró que tan incrustada está en nuestra sociedad el narcotráfico y sus operaciones, y lo difícil que parecer ser luchar contra esta realidad.

Otra cara de este caso ha sido, definitivamente, la cobertura mediática y la percepción de las personas sobre este juicio. Hoy me tocó constatar a través de las redes sociales de Facebook y Twitter, lo muy arraigada que está la percepción de que el juicio era a Sobeida Felix, o que ella era la cabecilla de "la banda".

Dentro del grupo, y recordando los detalles de juicio, Sobeida es la que parece estar menos involucrada en las transacciones de dinero y bienes relacionados con la red que manejaba Figueroa Agosto. Sobeida, mas que otra cosa, era una de las amantes, diría, la principal consorte de Figueroa Agosto. El morbo, aparentemente, y la centralidad mediática hacia ella -a partir de del hallazgo en un departamento de su propiedad de 4.2 millones- la convirtieron en el punto de referencia de este caso, a pesar de que a la luz de las pruebas presentadas resultó ser la menos involucrada.

Al final entre "show", hechos escabrosos y pruebas, el juicio de "Sobeida" nos muestra lo mal que andamos y la perspectiva funestas que el mundo del narcotráfico zanja en nuestro país.





Aquí las informaciones en los digitales de los diario impresos y algunas reacciones:








Reacciones









lunes, 18 de julio de 2011

Día sesenta y ocho. Sólo quieren un maestro

Mi amigo y colega Vianco Martínez me hace llegar esta denuncia. La lees y da rabia, da impotencia, da vergüenza. Hoy trate de cuestionar a la señora ministra de Educación, Josefina Pimentel, sobre esta situación...ni siquiera dejó que yo abriera la boca, que le explicará nada, que le preguntará nada.

"No, no puedo ahora, voy a la Juventud", al Ministerio de la Juventud, donde cinco jóvenes buscan alcanzar las 300 horas de lectura continua en voz alta. Salía de una actividad del Fondo de la Población de las Naciones Unidas. La seguí y luego que salió de su visita trate de volver a preguntarle y me dijo: "No, no. Ahora no, voy a Infotep". La deje ir. Ni siquiera sabía que le iba a preguntar.

Aquí el texto doloroso de Vianco.

Prendiendo velas por el nombramiento de un maestro

En la comunidad El Roblito, de Padre Las Casas, los niños han perdido dos años de clases por falta de un maestro y ya van para el tercero

Vianco Martínez

El 17 de agosto, cuando el país esté celebrando –si, celebrando porque una escuela que abre sus puertas es siempre una celebración- el inicio del año escolar, en un lugar de la cordillera Central llamado El Roblito, cerca de un cruce de caminos entre Constanza y Padre Las Casas, habrá 62 niños que perderán su tercer año escolar consecutivo por falta de un maestro. Esta es la historia de su lucha.

Su escuela era una pequeña iglesia enclavada en un valle intramontano, y habilitada a la buena de Dios con unos pocos pupitres y una pizarra prestada para alojar a los alumnos de esa y otras comunidades, entre ellas los de una comunidad sin fortuna llamada La Fortuna.
La vida en ese centro era tan precaria que la maestra tenía que partir los lápices en tres pedazos para que aquellos parias tuvieran con qué escribir en sus cuadernos, así como organizar turnos para sentar a los muchachos en los pocos pupitres que había.

La maestra la pagaban las monjas de la Congregación del Cristo Crucificado, de Padre Las Casas, con retazos de unos recursos que les sobraban de alguno que otro proyecto.

Sus padres no pudieron estudiar porque no había escuelas en su tiempo ni había tampoco una realidad que lo facilitara. Pero ahora los hijos de la montaña quieren cambiar la historia y no encuentran una mejor manera de hacerlo que llevar sus hijos a la escuela.

El camino para conseguir el nombramiento de un maestro o una maestra en El Roblito ha sido largo y tortuoso. Han llevado cartas a los funcionarios correspondientes, han formado comisiones de campesinos harapientos para bajar su petición al despacho del encargado del Distrito Educativo de Padre Las Casas, han utilizado amigos en la capital para que susurren su necesidad en los altos despachos del Ministerio de Educación y han prendido velas a todos los santos.

Las monjas y sacerdotes de la zona, que andan como almas en pena peleando con los malos caminos para llevar un poco de consuelo a esas desconsoladas comunidades, han hecho hasta misas a ver si logran por vía divina lo que no han podido lograr por vía terrena. Pero lo único que han conseguido es perder su tiempo, es decir, el tiempo que tienen que dedicar cada día a sus plantíos, a sus cosechas y a sus familias.

Las primeras escuelas de la zona montañosa de Padre Las Casas fueron construidas por la iglesia, cuando los gobiernos, uno detrás de otro, no se habían enterado de que allí, en el macizo de la cordillera Central, en lugares bendecidos por la lluvia, donde los ríos prestan su galanura para que las tardes nunca dejen de ser grandiosas, hay 18 comunidades llenas de personas con derechos.

Los hijos de la montaña llevan consigo el signo de la desdicha. En su tierra llueve de mayo a noviembre; cuando eso sucede los ríos crecen y los caminos se niegan. Ver a un niño que va a la escuela haciendo equilibro sobre el lodazal, en medio de la soledad de los caminos, tiritando de frío al borde del precipicio, aferrado a sus cuadernos para que no se les caigan, sin zapatos, sin abrigo, sin nada, es un espectáculo que duele hasta en la mirada.

Un hombre llamado Cristian Ferreras, que se ha convertido en la voz de la montaña, me contó un día las vicisitudes que pasan los muchachos para ir a la escuela. “Vienen de La Fortuna, de El Roblito y de otros lugares muriéndose de frío. A veces no tienen ni zapatos para caminar dentro del lodo, y aun así quieren estudiar. Muchas veces no tenemos nada que darles para que vayan a las clases, y como quiera van a su escuela muertos de la risa”.

Un maestro, un simple maestro parado frente a una pizarra con una tiza en la mano, con el futuro sentado en su aula haciéndole preguntas y aprendiendo caminos para suceder, es una gesta, una metáfora de los nuevos tiempos. En una escuela hay demasiado futuro envuelto, demasiadas esperanzas de redención, demasiada urgencia de cambios para andar plagoseando por un maestro, cuyo nombramiento se resuelve en la capital con una firma, con una simple firma.

Los niños de la montaña no tienen nada. Su única riqueza son sus sueños. ¿Vamos a dejar que también a ellos, a los 62 niños de El Roblito y La Fortuna, los sueños se les enfermen de realidad?

miércoles, 29 de junio de 2011

Día sesenta y siete. Periodistas, el contrapoder y sus dificultades

Hoy traigo un vídeo que es un corto sobre lo que implica ser periodista en República Dominicana. La llamada la ética y la discusión de nuestros límites. Lo humano que somos, lo mal que andamos, los que hacen de esta carrera todo lo contrario a lo que debe ser.


Voz de los que no tienen from Voz de los que no tienen on Vimeo.

Del otro lado, les dejo las palabras el profesor Rafael Núñez Grassals, que por 30 años impartió clases en la Escuela de Periodismo de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Palabra duras, pero ciertas.

“Para ser un buen periodista se debe ser buena persona y eso lo hace ser un buen ciudadano. Ser ético se aprende, por lo que no se justifica que el bajo salario o nivel económico sea el motivo para que un periodista actúe incorrectamente. La ética nos enseña lo bello de la vida, que es lo correcto y que es lo bueno. No se puede hacer de un perverso un buen periodista. El periodista debe saber que la información no es para conseguir prebendas personales sino colectivas. Eso significa que lo que decimos debe producir una reacción de las autoridades para el bien común de manera correcta”

Pueden ver la entrevista que le hicieron hoy al profesor Núñez Grassals y en la que hizo esta acertada puntualización. Fue en el programa el Despertador, del canal 7.

“Bajo salario no justifica las malas actuaciones de algunos periodistas”


lunes, 20 de junio de 2011

Día sesenta y seis. Corrupción y periodismo

Un proyecto turístico estatal ha sido el detonante de algo que se practica desde hace años y que en estos tiempos se ha agudizado. Periodistas cobradores de influencias mediáticas, hacen y deshacen perspectivas para ganar su pedazo.

Vergüenza de ejercer la profesión que muchos usan como pase de trueque.

Aquí les dejo las aclaraciones del periodista Marino Zapete sobre la adquisición nada legal de cabañas del proyecto turístico del Estado Ercilía Pepín, en Jarabacoa. Los "beneficiarios" incluyen al director del periódico de más antigüedad en el país, el Listín Diario. Cosas veredes.

miércoles, 1 de junio de 2011

Día sesenta y cinco. “Balaguer, recuerdo y derrotero”


Ocho y media de la noche. Los pasillos del área de eventos y convenciones del hotel Dominican Fiesta están llenos de personas que conversan, dan vueltas. De primera vista no parecía nada relacionado con el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), como de hecho lo era. El color rojo, identidad de este partido, estaba muy ausente.

“La Funda” me saluda. Es el apodo de un eterno personaje que siempre ronda cada actividad del PRSC, cercano a los funcionarios, o a los que fueron funcionarios. Me dijo una vez que Joaquín Balaguer, líder y fundador del PRSC, era más que un padre para él. Su casa, sus ingresos, su familia dependieron y dependen del partido rojo, del partido del gallo coloraó.

La monotonía de los pasillos se rompe. Camarógrafos y fotógrafos se apresuran a obtener la imagen del protagonista extranjero de la noche. El ex presidente colombiano Alvaro Uribe. Desconozco que relación tendrá con el social cristianismo, aunque sé que alcanzó la presidencia de su país bajo el aval del partido conservador colombiano. Le acompaña el presidente del PRSC, Carlos Morales Troncoso, también canciller de la República, y Marino Vinicio (Vincho) Castillo, presidente de la Fuerza Nacional Progresista (FNP).

El trío de políticos está para encabezar un acto de conmemoración de los 45 años del ascenso al poder por primera vez de Joaquín Balaguer. Fue presidente seis veces. Dicen, sus defensores, que siempre ganó de manera democrática. Yo recuerdo el apagón en la Junta Central Electoral, las urnas perdidas, los muertos de sus primeros doce años de gobierno, factura de sus “fuerzas incontrolables”. Y sí, sus obras de construcción.

Los periodistas damos vueltas. No sabemos ni nos han dicho cuándo ni cómo ingresaremos al salón. “Está repleto”, me dice un colega. El agente de seguridad nos cierra la puerta. Hablamos con una chica y preguntamos si vamos a cubrir la actividad en los pasillos. Nos dice que vamos a entrar. La gente en la fila, esperando pasar por el detector de metales para formar parte del público del salón, nos mira con recelo. Entramos a tropel.

Adentro el salón está iluminado como si de una premiación musical se tratara. “Decoración versión discoteca”, digo a mis colegas. En el lateral izquierdo tres telones blancos sirven de pantalla para proyectar imágenes con frases de Balaguer, intercaladas con una de sus famosas fotografías: con la banda presidencial, su mano derecha alzada y sus labios en un rito detenido en alguna palabra de algún famoso discurso. Al frente, otro espacio para proyección y un pódium. Al fondo, los periodistas miramos las espaldas de los invitados.

Empieza la velada. Se proyectan imágenes de Balaguer y una voz en off habla de su obra de gobierno. Presas, reforma agraria, viviendas, fechas de ascenso al poder. Resumido de 22 años, contados desde 1966, interrumpidos por ocho años de otro partido, y sumados los siguientes hasta el 1996. No, no hay mención de sus represivos primeros doce años en el gobierno, no hay muertos, ni persecución, ni calieses, ni presos políticos, ni exiliados.

Morales Troncoso repite la misma fórmula. Nada fuera del esquema de obras, del ahorro estatal. Pero no recuerda la crisis económica de 1990. Las largas filas en las estaciones de gasolinas, los apagones eléctricos de 16 horas. Todo lo bueno, nunca lo malo. Llama a los reformistas defender el legado de su líder.

Llega el turno de Vincho. “Balaguer: recuerdo y derrotero”, así dice que se llama su discurso. Habla como si declamará un largo poema. No logró atajar una idea, no parece nunca enfocarse en nada. Dice es importante que los jóvenes conozcan la obra de este “coloso del trabajo”. “Frenesí contenido”, “ignota esperanza”. No sé a qué se refiere. Me aburro. De pronto algo de su larga alabanza llama mi atención. Habla de “tormentoso período de los doce años”, pero no apunta ningún detalle. Sin embargo, sus adjetivos toman cuerpo y alma cuando habla de los gobiernos del Partido Revolucionario Dominicano, a los que no menciona pero refiere. “Genocidio de abril de 1984”, “siniestros”…

Pero algo de su apología me deja casi en shock. Dice, sin rubor, que luego de finalizar el período de guerra fría y al retomar el poder en 1986, Balaguer tuvo la oportunidad de gobernar “con su tolerancia innata y valor a la vida”. Los doce años anteriores de su gobierno esa tolerancia innata estuvo oculta, al parecer, y su valor a la vida posiblemente no tenía un rango muy elevado para sus opositores. Sigo sentada.

Dice que la resta de dos años al último gobierno de Balaguer fue “una usurpación”. No, no menciona la crisis por el fraude electoral de ese año. Narciso González, aquel profesor universitario de verbo fuerte y opositor de Balaguer, desapareció en esa crisis. No hay tumba.

Llegan las alabanzas al pacto por la democracia, aquel de 1996. Recuerdo la foto de Leonel Fernández levantando las manos de los eternos antagonistas políticos: Balaguer y Juan Bosch. La política tiene caminos misteriosos. Vincho advierte sobre la obligación de reorganizarse para evitar que vuelvan “los siniestros”. Apunta que la reelección de Fernández valida la formula reeleccionista que siempre defendió y utilizó Balaguer. En fin, una particular historia política.

Sube Uribe, el orador principal que dice que “hará comentarios a título de observador externo”. Esperaba otra cosa. Va y viene en el mismo tono de alabanzas. “Uno de los faros de la democracia”. “Amigo de Betancourt (el presidente venezolano que casi murió en un atentado auspiciado por Rafael Leonidas Trujillo, ese dictador al que Balaguer sirvió durante todo su régimen)”. Varios colegas y yo, espantados con el comentario, nos reímos. “Quizás confundió a Balaguer con Bosch, que sí fue amigo de Betancourt”, dice uno de mis colegas. “Parece que no googleó bien la biografía”, señala otro colega.

Menciona lo de “Prócer de la democracia”, ese título de honor que le otorgó a Balaguer un congreso de mayoría perredeísta y cuyo nombre real es “Padre de la democracia económica”, según me aclaró mi jefe editor hace unos días.

Para el señor Uribe, dos veces presidente de Colombia, la transición de Balaguer de la dictadura a la democracia “tendrá que ser examinado por los historiadores”. Por fin alguien menciona el lazo de Balaguer con la dictadura trujillista, de alguna manera. A su juicio, el de Uribe, Balaguer y Bosch no fueron antagonistas políticos. No. Lo que desarrollaron por años y años fue una “emulación democrática fraterna”. Quizás el pacto de 1996, y que le allanó el paso al poder a Leonel Fernández, le da aval a Uribe para decir esto. Quizás.

Me tengo que ir. La hora de cierre del periódico me apura. Abandono a Uribe mientras sigue su alabanza a Balaguer. Afuera, “La Funda” me vuelve a saludar.

lunes, 30 de mayo de 2011

Día sesenta y cuatro. Cincuenta años


Hace cincuenta años, una noche de un día como este, mataron a Rafael Leonidas Trujillo Molina. Dictador, déspota, dueño casi absoluto de todo lo que fue República Dominicana entre 1930 y 1961.

Aun nos quedan sus sombras. Sus familiares quieren revivirlo en la memoria colectiva, beatificar su maldad, según ellos, necesaria para que el país progresara. Hasta museo virtual le inauguraron hoy. Otros lloran a sus muertos, a los héroes y a los que no lo son, alcanzados por la balanza de muerte trujillista, y tratan de recordar que ninguna crueldad era necesaria para hacer progresar al país que era finca de un solo hombre.

Palabras y hechos, en la balanza de Cronos.

Hace cincuenta años mataron al "Chivo", como le decían al dictador. Pero nos han gobernado otros representantes de la fauna política. ¿Necesarios?

Algunos artículos interesantes sobre la conmemoración.

Reportaje sobre aniversario ajusticiamiento de programa El Informe, de la periodista Alicia Ortega


domingo, 1 de mayo de 2011

Día sesenta y tres. Murió Osama Bin Laden


Lo acaba de anunciar el presidente Barack Obama.

Diez años después de los atentados de las Torres Gemelas. La gente celebra en las calles de New York Y Washington.

La crisis vendrá. A ver que color toma.




martes, 26 de abril de 2011

Ella también declinó

Su anuncio se hizo público antes de la hora señalada para su discurso. Twitter, su hasta ahora único podium público, explotaba de comentarios. César Pina Toribio, quien preside el Comité Electoral del partido de gobierno confirmó los rumores. Margarita Cedeño, primera dama, renunciaba a su precandidatura por la nominación presidencial del PLD.

Estaba frente al computador, leyendo cables internacionales, cuando me enteré del primer rumor. El editor me dio la noticia. Casi una hora después escuché a una colega confirmarlo en un avance del noticiario del canal 37.

Las conjeturas en la redacción salieron a flote, y los comentarios que sobre la precandidatura de Cedeño se rumoran desde inicios de mes. Algunos dijeron que los números no le daban. Otros, que su precandidatura a la nominación por le partido de gobierno ponía a su esposo, y presidente de la República, en aprietos. Unos pocos hablaban de hasta fricciones en la pareja presidencial.

A las 9:00 de la noche empezó la transmisión de su mensaje, grabado horas antes. Grabadora en mano me acerque a la pantalla de la televisión. Observo. Bien peinada, bien maquillada, colores neutros en su ropa. Detrás de ella, y como fondo, retratos de familia en el que se destaca uno en que sonríe junto a su esposo. Empieza a hablar y sus manos se mueven. Su tono de voz parecía transmitir esa poca experiencia para los discursos.

Habla de su trabajo en el Despacho de la Primera Dama, organismo creado durante el gobierno de Hipólito Mejía, si menos no lo recuerdo. Dice que su candidatura fue “fruto del reconocimiento espontáneo de un trabajo”. Lo del trabajo es innegable. Pero recuerdo los anuncios a página completa de los periódicos y las vallas gigantescas promoviendo su candidatura y me pregunto si fueron pagados con los mismos fondos con los que se canalizan ayudas a las familias pobres desde el Despacho.

Da constancia de su militancia política, puesta en duda por algunos. Y la resume en su primer voto, en 1990, por el PLD; su involucramiento desde 1994 en las campañas electorales “con modestia y sin protagonismos”. Creo que fue una participación muy modesta porque no la recuerdo en ninguna actividad política de relevancia de ese partido. Pero dice que “sus compañeros y compañeras lo saben muy bien”.

Siempre mueve las manos, muy parecido a los ademanes que he visto en su esposo. En un momento dibuja comillas en el aire mientras dice que “ha aparecido al lado y a veces por encima de grandes y respetables figuras del país, incluyendo los pseudos generales de la política”.

Sus gestos parecían revelar algo que sus palabras no decían, o no podían decir. En un momento, solo por un instante, sus palabras parecían bailar a otro ritmo que su tono de voz y sus manos. Simple percepción.

Luego vino la palabra mágica. La que usó su esposo cuando renunció a la reelección. La misma que Miguel Vargas Maldonado, ex precandidato a la nominación presidencial del Partido Revolucionario Dominicano, usó como sinónimo de “no haber ganado las primarias de su partido” ante Hipólito Mejía. El verbo de moda política: declinar.

Y declinó por la unidad del partido, dijo. Y dijo que seguirá trabajando en su Despacho, y dijo que lo hacía (y ahí pronunció la palabra renuncio) “sin tristeza y sin rencor”.

Se acabo su discurso. El único de su precandidatura. Lo demás quedó en sus mensajes de no más de 140 caracteres, las páginas de los periódicos y las vallas (tal cual aquella agitación publicitaria por la reelección de su esposo que lo anunciaba como “El destino”). Al final ella también se apunto al mismo cronograma: publicidad, rumores, especulaciones y declinación. Igual que su esposo.

Apago la grabadora. Hablo con uno de los precandidatos. Hablo con el vocero de otro precandidato. Leo un correo con las consideraciones sobre el discurso de Margarita del vicepresidente de la República y también precandidato del PLD. Transcribo y cierro la página.

Vuelvo a mis cables de EFE y AP. Cierro la página de internacionales. Medianoche y ya es 26 de abril. Salgo de periódico.

Es otro día.

jueves, 14 de abril de 2011

Todos

“Permiso, permiso, permiso”. Repetí esa palabra como mantra mágica para llegar al fondo del salón, donde se encontraba el ex presidente de la República y candidato presidencial del PRD, Hipólito Mejía. Hacía calor, mucho calor. Había gente, mucha gente. Era el primer acto político de Mejía luego de que su contricante, Miguel Vargas Maldonado, “declinará” su afán de reiterar que el ex presidente no ganó en buena lid su candidatura. Otro capítulo de los gajes del oficio político.

Después de superar la prueba de obstáculos, que incluyo uno que otro pisón de pies, lo logré. Llegué lo más cerca posible, junto a una bocina (de estar en ese lugar me arrepentiría minutos después). Pegada de la pared, salude a los colegas a mi derecha. Vi caras conocidas, caras que vi hace unos años y que tenían mucho sin mostrarse en público.

Vi el rostro de dos ex síndicos que no salieron con un buen historial de sus gestiones, incluyendo a uno que apellidaron “Basura” por la similitud fonética con su verdadero apellido y que venía como “anillo al dedo” con la cantidad de desperdicios que ocupaban las calles durante su sindicatura. El otro lucía un afro no muy acorde con la moda actual. “Se ve que está en olla”, escuche a alguien decir.

También observé a un ex diputado, acusado de haber sostenido relaciones sexuales con una menor de edad, situación que lo obligó a dejar sus afanes de reelección por repetir curul en la Cámara de Diputados. Su esposa ahora ocupa su lugar en el Congreso. Hacía su izquierda me encontré con el rostro del que fuera el Supervisor de Obras del Estado del gobierno de Mejía.

Los ex síndicos y el ex diputado fueron parte de la campaña de Vargas Maldonado. Ahí estaban para pasarse a la otra acera. Cuando llegué hablaba el ex síndico del cambio de apellido. Al finalizar, un señor delgado que fungía de presentador (y cuyo nivel de voz me hizo arrepentirme del lugar que había ocupado) anunció al ex diputado. Arengó a sus colaboradores a trabajar ahora de este lado de la acera y esperar recompensa. Los recuerdos de los viejos tiempos en el poder fueron de frecuente referencia.

Hipólito miraba al público sereno. Sudaba. Todos en la mesa sudaban. Yo sudaba. Y estoy segura que todo el mundo sudaba.

Le tocó el turno al ex síndico del afro pasado de moda. Parecía un poseído cuando empezó a hablar y lo que dijo pareció salir de su lado más oscuro. “¡Estoy dispuesto a salir con una ametralladora para ametrallar a esos criminales!”, dijo refiriéndose a partido de gobierno. Un gran “O” se dibujó en el rostro de mis colegas y del mío. Nos miramos. Anotamos.

“¡Cuatro años más!”. Era una voz portentosa y que a ratos subía sobre todas las demás. “¡Papolón, cállate!”, escuche entre las voces que le pedían que dejara sus emocionadas expresiones. Sí, conozco a Papolón, ex regidor que vive en el mismo barrio de mi abuela. ¿Quién no conoce a Papolón por los predios del sector de Pidoca, en Los Mina?

Habla el ex director del Renove, el plan aquel de los autobuses para el transporte de pasajeros que resultó ser un fraude. Estuvo preso por el caso, luego en prisión domiciliaria y luego indultado. Hablaba de volver al poder y presentó a Mejía.

Mejía habla de unidad, de un protocolo para armar esa unidad “para que no se interprete cada cual a su manera”. Habla de abrir puertas y ventanas para los partidos aliados. “Los pequeños partidos que abandonamos”, dice. Habla que aunque su campaña iniciará luego de Semana Santa, este acto es un calentamiento. Habla de volver al poder. Habla prometiendo que se acabarán los apagones, la situación difícil. Habla.

En su hablar no olvida las ametralladoras y le responde al ex síndico del afro pasado de moda. “A lo mejor necesitamos un tira piedra. La democracia dominicana prefiere tener un tira piedra que utilizar las herramientas que matan”. De balas a piedras, es un cambio significativo.

En el fondo se intercalan los aplausos, la voz gritona de Papolón, las consignas de “¡Papá, papá!”. El calor. Y Mejía dice que no le interesa la situación interna de sus contrincantes en el gobierno. No, no habla de “Mamá” (el sobrenombre de la Primera Dama como precandidata a la candidatura presidencial por el partido que preside su esposo). Dice que le ganará a cualquiera.

Finaliza. Calma el ánimo de los congregados porque quiere responder preguntas a los periodistas, a aquellos que llamó “talibanes” en su pasado gobierno. Escucha con calma, responde con calma. Dice que se reunió con Vargas Maldonado, que el domingo reunirán al máximo organismo de partido. A mi lado un señor empuja por llegar donde “Papá” con un folder en las manos. “Dígame usted, poeta”, le dice a uno de mis colegas. Mi colega también tiene un apodo en esta campaña. El señor del folder sigue empujando.

Finaliza con las preguntas. Se despide y da la vuelta. No veo al señor del folder. Papeles de confeti llenan el salón. La gente se apresura a salir. Otra vez, como al final de un concierto, salgo arrastrada por los empujones, pero contrario al acto de Vargas Maldonado, aquí la gente parece que cantó y bailó. Las sonrisas son la estampa. Tienen esperanza de volver, de estar en el gobierno. Todos esperan eso.

¿Entraran todos, todos?

lunes, 11 de abril de 2011

Declinar, esa es la cuestión

¡“Vamos, Miguel”! El grito me espantó. La voz había resonado antes, pero esta vez, me pareció, tenía mayor fuerza. Mi colega, a mi lado, trataba de calmar el calor abanicándose con la nota de prensa que nos habían entregado minutos antes y en la que la palabra declinar aparecía en la primera línea del primer párrafo.
Declinar. La palabra nos golpeo a todos en los ojos cuando la leímos e hicimos las más variadas bromas sobre su significado en el acto en que nos encontrábamos. Miguel Vargas Maldonado, presidente y ex precandidato a la nominación presidencial de Partido Revolucionario Dominicano (PRD), anunciaría que aceptaba la victoria de su oponente. Pero no lo diría así. Prefiria decir que “declinaba” sus aspiraciones.
Las bromas seguían. Alguien recordó que la palabra la había oído el viernes pasado, pero en boca del presidente de la República, Leonel Fernández. El viernes, sentada en la redacción del periódico, escuché la voz del mandatario decir “declinar”. Fernández declinaba su aspiración a repostularse a una posición que la Constitución le prohíbe volver a asumir de inmediato.
Declinar, sin lugar a dudas, parece la palabra de moda entre políticos para anunciar que dejan lo que no pueden tener aunque quisieran, pienso, mientras algunas miradas de reproches empiezan a rozarnos.
Vargas Maldonado sigue hablando. Trato de buscar un hueco entre las decenas de cabezas delante de mí. Sólo alcanzó ver la pantalla donde hace varios minutos, y antes de que Vargas comenzará a hablar, se proyectaran fotos de la campaña del hoy "declinante", presentación que fue acompañada, bombillos apagados, por la voz del cantante brasileño Roberto Carlos. “Tu eres mi hermano del alma realmente un amigo...”, mal sonó en los altavoces. Era el tributo de sus seguidores. "Esa canción la ponen cuando alguien se muere", dijo otro de mis colegas en ese momento.
El calor me agobiaba y me recordó otro acto político de ayer, domingo, cuando escuchaba a Danilo Medina –precandidato por la declinación de Fernández…digo, candidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana- prometer aumentar el horario de clases de 8 de la mañana a 4 de la tarde, para que el gobierno dé desayuno, comida y merienda a los niños pobres. Novedosa promesa.
El encendido discurso se detiene un momento. “Parece que se le perdió una hoja”, me dice otro colega que voltea su rostro hacía mí. Recordamos que Hipólito Mejía, el ganador de la candidatura que declinaba Vargas –una candidatura ganada en un proceso interno pero cuestionado por el protagonista de esta calurosa y masiva rueda de prensa-, perdió una hoja de su discurso durante su toma de posesión como presidente de la República en el año 2000.
El fotógrafo que me acompañó me dijo minutos después de que finalizará el acto que el presentador, un locutor que recuerdo anunciaba los números de la lotería en el gobierno del PRD del 2000 al 2004, trató de ayudarle con el impase. Según el fotógrafo, Vargas lo echo a un lado.
La falta de visibilidad me impidió corroborar la perdida de la hoja y el empujón al colaborador presentador. Escucho nuevamente la voz de Vargas. Parece quebrarse en un momento. ¿Ganas de llorar? El espacio es reducido. Detrás de mí, un colado en el área de prensa (una tarima colocada al fondo del salón) grababa el discurso con su Blackberry.
“La unidad del partido y la tranquilidad están por encima de cualquier aspiración personal”. Me gustaría ver el rostro de Vargas, pero no puedo. Me recuesto de la pared y escucho la palabra que leí en el papel, el mismo papel que no lograba calmar el sopor de mi colega. “Declinó mi aspiración a ser el candidato…” y sigue con su réquiem. Pide a sus seguidores apoyar a su ex contrincante. No todos aplauden.
¡“Que ganen solos”!, voceó otro apasionado. La algarrabía y el cuchicheo, que retrasaron en principio el discurso de Vargas, volvió por unos instantes. El otro “voceador” dice algo que no entiendo, pero que retumba. Algunos los mandan a callar. La relativa calma en el atestado salón regresa.
No prestó atención a sus últimas palabras. Luego del aplauso final, sus ex seguidores empiezan a abandonar el caluroso lugar. Mis colegas y yo tratamos de bajar con cuidado de la tarima. Un enojado perredeísta dice algo con rabia a un periodista. Parece que alguno de los tantos comentarios de mi colega no le cayó muy bien. El asunto no pasó de las palabras.
Salí como se sale de un concierto de masiva asistencia, pero sin la alegría que acompaña a los que se pasan horas bailando y cantando. Todo lo contrario. Afuera alguien vocea: “Para un buen papá una buena mamá (pero sin el acento final)". El sentido de la frase, que de doble tiene poco, hace reír a algunos. Todos saben a quién se refiere. Según algunos rumores, ella también declinará. No se le podría reprochar. La palabra está de moda.

martes, 5 de abril de 2011

Día (día) del periodista

Me gusta escribir, leer e investigar. Esas fueron mis razones para escoger el periodismo como carrera. Tengo cuatro años de ejercicio, y unos cuantos meses que le puedo sumar de mi pasantía. He visto y oído muchas cosas. He tenido buenos maestros fuera de las aulas de la universidad. He aprendido y fallado. Me he cansado, tirado la toalla y la he vuelto a recoger.


Pero hoy, que es el aniversario de la aparición del primer periódico en lo que un día sería la República Dominicana, me debo una reflexión y la quiero compartir.


En este día quisiera tomar una bocina capaz de ser escuchada por cada persona de este país, para decirles que la mayoría, sí, la mayoría de los periodistas son, somos, gente que camina, sufre, vive, deja, cae y continúa. Que la mayoría, sí, la mayoría, ama lo que hace.


Sí, hoy tengo ganas de defender, de odiar la generalidad que escucho de la boca de tanta gente. Detesto que a esa mayoría nos metan en el mismo saco de los “periodistas cobra cheques”. Me duele que los colegas que trabajan, sí, TRABAJAN en instituciones públicas, cumpliendo un horario, haciendo el trabajo de cinco por el salario de dos, tengan que aparecer en las nóminas con aquellos que cobran como botellas y, cuando hacen esas “investigaciones” no sepan diferenciarlos y acaben siendo señalados por un delito que no comenten.


Admiro y lamento que muchos de mis colegas tengan que tener dos trabajos. Veo a mi compañero de horario de cierre del periódico que se levanta a las siete de la mañana, empieza su labor en una institución pública a las 8 de la mañana y sale a las tres de la tarde para empezar a trabajar en el periódico una hora después. A veces el cierre pasa de la medianoche y ese es el fin de su día de labor. Sé de muchos otros colegas con este mismo horario.


He visto colegas rechazar dadivas, “botellas”, favores, cumplidos con segundo interés. He visto a colegas perder su empleo por no prestarse a sinvergüencerías. He visto a muchos colegas renunciar de sus medios por mantener una posición, por el hastío de lo mal hecho. He visto funcionarios poner cara de burla frente al periodista que le denunció, y cuya denuncia no es convertida en una acción, una denuncia que es pagada con impunidad.


He visto a muchos negarse a obtener privilegios que entienden no merecen. A esconder su carnet de periodistas sus días libres y no usarlos para ir a una área VIP o de prensa porque no están ahí para cubrir esa actividad. He visto a muchos colegas mover cielo y tierra para ayudar al que no conocen. A los que, sin ejercer en ningún medio tradicional, se mueven al lugar más apartado con sus propios medios para mostrar una situación que debe ser mostrada.


He visto a colegas seguir arriesgándose, fuera y dentro de los medios. Buscar alternativas para no sucumbir, para mantener la cabeza en alto. He visto mucha más dignidad que indignidad, mucha más entereza que debilidad. He visto a muchos saberse no dueños de la verdad, sino deudos de la responsabilidad de su vocación. He visto colegas que no hablan de ética, sino que viven con ética.


He visto esto y me enorgullece verlos y sentirme apelada ante el ejemplo de estos colegas, que sí, son la mayoría. La mayoría que vale y valdrá siempre.


Feliz Día del Periodista, con mayúscula, a ellos. Las minúsculas son para los que no caben aquí.



domingo, 13 de marzo de 2011

Día sesenta y dos. Japón

Foto AP


"El Universo no está ajustado para la vida, es la vida la que está ajustada al Universo". Victor J. Stenger


Y tembló la tierra en Japón, fuerte, muy fuerte. El planeta Tierra es como es, y sus procesos son como son. A nosotros nos queda la previsión, la ciencia para enfrentar lo que es nuestro planeta en momentos así y que para nosotros resulta una catástrofe, y la solidaridad ante los afectados.

Desde el viernes he escuchado las causas más descabelladas sobre el terremoto. Ante ellas, temor y rabia. Temor por la ignorancia expresada, y temor porque esa ignorancia nos hace más vulnerables ante estos fenómenos que ni controlamos ni podemos impedir que sucedan. Sobre esas chifladuras se hacen buenas explicaciones en el blog Proyecto Sandía. Cinco mitos sobre el terremoto de Japón

Al ver vídeos sobre el terremoto y posterior tsunami he quedado sorprendida por la capacidad de respuesta y prevención con que se manejaron y se manejan los japoneses, lo que evitó una mayor desgracia humana. Me da escalofríos pensar en otros países, con posibilidades de ser afectados por un terremoto, donde solo se confía en la providencia y no parecen tomarse medidas ante la posibilidad de una fenómeno de esta naturaleza. República Dominicana parece estar en esa lista.

Por ahora lo más amenazante en Japón es la posibilidad de una fusión nuclear. Espero lo menos peor en este caso. Solidaridad con este pueblo, que ha demostrado ser capaz de salir de los peores embates.

lunes, 21 de febrero de 2011

Día sesenta y uno. Las revoluciones


Están lejos de nosotros, de nuestra realidad, pero seguirlas es sentirse parte de esos procesos históricos que sabes que apuntan un antes y un después. El Medio Oriente, Sur de África y Asía se contagian de una buena fiebre que busca sacar una infección de años: las dictaduras.

Empezó en Túnez y es innegable que el Internet y las redes sociales jugaron un papel importante en la convocatoria y manifestación de una población cansada de un sistema de gobierno. Siguió Egipto. En ambos países los dictadores dimitieron. Ahora Libia, Yemen, Bahrain y China se sacuden al ritmo del cambio que su población desea.

Aquí me detengo. Pienso. ¿Qué hay detrás? ¿Es tan simple como decir que quieren democracias? ¿Qué viene después de las dimisiones de los dictadores?

En Egipto los militares tiene el poder en las manos. Suspendieron la Constitución, anularon el Parlamento y dicen que la transición dará sus frutos en seis meses. ¿Podemos creerles? ¿Acaso no son ellos los mismos que gobernaron con Hosni Mubarak durante 32 años? Será asunto de tiempo, me respondo. No puedo, porque no se puede, remitir las probabilidades de lo que pueda ocurrir desde la visión que tenemos de este lado, del "Occidente", de la democracia. Ni la historia, ni el contexto, ni las circunstancias nuestras son siquiera semejantes a la de esa zona.

Esperar y observar. La fuerza de los verdaderos cambios radican en el pueblo y el pueblo de esos países ha asumido esa fuerza de cambio. ¿Hacía donde giraran esos cambios? Eso es lo que debemos observar. Recordemos que Muamar el Gadafi en su momento lideró un movimiento revolucionario que derrocó una tiranía monárquica en Libia. Luego él se convirtió en un dictador.

Y algo que a muchos se les olvida y ahí está: el fanatismo islámico. ¿Qué papel estará jugando ese mundo religioso con ansías de asumir el poder e instaurar su teocracia?

Esperemos que la actuales revoluciones, con todo y su agregado de 2.0, no terminen convirtiéndose en un clon del cuerpo muerto que sacaron del poder, con peores consecuencias.

El periódico El País lleva un seguimiento de estas revoluciones. El año de las revueltas. Una ola de cambio