martes, 18 de agosto de 2009

Día veintiuno. La trilogía de Larsson y otros demonios


Algo literario, para variar. Lo publique en una nota en mi pérfil de Facebook y quise traerlo aquí. Pienso en escribir algunas cosas más del patio cercano, pero busco el animo para eso.


Hace unos meses estuve de visita en casa de una amiga de mi novio. En la conversación que fluía y donde se hablaba de todo, la anfitriona sacó un libro de gran espesor al que le atribuyo todas las maravillas del mundo. Era uno de los libros de la trilogía de “Millennium”, del autor ya fallecido Stieg Larsson.

Suspire en mis adentros. No he leído el primero de la mentada trilogía, que creo será llevada al cine (no conozco muchos detalles sobre eso). Tengo tiempo escuchando sobre esa serie de novelas enlazadas. He leído críticas de ellas a favor y en contra...

Por alguna razón no me ha interesado este "boom millenistico". Me ha pasado con otros bestseller. Desde que veo esa profusa publicidad, rodeada de todo esa parafernalia, siempre me llega la prejuiciosa certeza de que ese libro es más espuma que chocolate.

No sé que tanta espuma tenga esta. No creo que la lea hasta dentro de muchos años, tengo cosas más interesantes que leer por estos días antes de unirme a la manada tras la "nueva Biblia del shows bunisses literario". De casualidad ayer encontré una referencia a esta trilogía que apunta hacía este sentimiento que tengo en el blog "Escrito en el viento", del escritor José Ángel Barrueco, y que apunta unas citas que aquí transcribo:

Una posible respuesta la ofrece la escritora Dubravka Ugrešić en uno de los ensayos incluidos en “Gracias por no leer”. Escribe la autora croata: “El superventas es un espacio para la inocencia ritual colectiva (a todos nos gusta lo que gusta a todo el mundo). El fenómeno del superventas entraña un componente fascista y manipulador, porque el superventas es una unión sagrada entre el texto y los lectores, es siempre una ideología, un sucedáneo espiritual. El superventas ofrece un sistema cerrado de valores básico y de conocimiento aún más básico”. También apunta: “Cuando millones de lectores leen un libro, éste se convierte en una especie de sustituto de la Ostia (millones de personas sacan la lengua para recibir un sucedáneo espiritual y participar así en un acto de purificación colectiva)”. Se trataría, pues, de “un elemento ritual”.

La nota completa: Un elemento ritual