lunes, 5 de abril de 2010

Día treinta y cuatro. Ser periodista

Crédito Foto: Stockxpert


Hoy se conmemora el Día del periodista. La curiosidad me llevo a investigar por qué se celebra un 5 de abril, pues no recordaba ni la muerte ni el nacimiento de ningún periodista destacado en ese día. Ahora sé, gracias a la web de la Universidad Católica de Santo Domingo, que se conmemora por ser hoy el aniversario de fundación del periódico El Telégrafo Constitucional (1821), el primero que circuló en país.

Pero en este día muchas cosas vienen al tapete. Algunos colegas hablan sobre lo negativo del ejercicio de esta carrera, que incluye los bajos salarios. Otros se quejan por considerar que sólo se es periodista cuando “se está en un medio de comunicación” y otros sobre las presiones y la mala publicidad a la carrera que muchos auto etiquetados periodistas nos dan. Pienso en eso, si. Con sus razones.

Sin embargo, hoy me he detenido en otro aspecto: la razón de elegir esta carrera. Sobre esto puedo comentar, a modo personal, que elegí ser periodista por dos razones: el deseo luchar por la justicia social y porque se me da eso de escribir bien. La primera razón ha tenido sus altas y bajas en estos tres años que llevo ejerciendo el periodismo. Un periodista está limitado en muchos sentidos, pero sí creo y sostengo como motor ese deseo a pesar de las pequeñas frustraciones, de los intereses mediáticos y de las mil y otras cosas que se enfrentan cada día en esta carrera.

La segunda razón sigue también vigente. El periodismo para mí ha sido una gran escuela para ejercitar la escritura. Sin lugar a dudas.

Apuntes aparte, si tengo que confesar algo: el periodismo me ha hecho más humana. Me ha dado la oportunidad de callar para escuchar. De llorar y reír. De saber reconocer el valor de cada persona sin importar su condición social, su preferencia sexual ni su religión. De borrar muchos tabúes y prejuicios necios. A dar.

Buenos profesores tuve y tengo en esta carrera. Muchos de la universidad y otros en el transcurso de estos 3 años. A ellos, gracias.

Les dejo dos párrafos de un discurso titulado “El mejor oficio del mundo”, del escritor Gabriel García Márquez (que primero fue periodista y uno muy bueno):

“El tiempo y el mismo oficio han demostrado que el sistema nervioso del periodismo circula en realidad en sentido contrario. Doy fe: a los diecinueve años -siendo el peor estudiante de derecho- empecé mi carrera como redactor de notas editoriales y fui subiendo poco a poco y con mucho trabajo por las escaleras de las diferentes secciones, hasta el máximo nivel de reportero raso”.

“La creación posterior de las escuelas de periodismo fue una reacción escolástica contra el hecho cumplido de que el oficio carecía de respaldo académico (…) El resultado, en general, no es alentador. Los muchachos que salen ilusionados de las academias, con la vida por delante, parecen desvinculados de la realidad y de sus problemas vitales, y prima un afán de protagonismo sobre la vocación y las aptitudes congénitas. Y en especial sobre las dos condiciones más importantes: la creatividad y la práctica”.

Aquí el discurso de García Máquez: El mejor oficio del mundo

4 comentarios:

Iraima Rivera dijo...

¡Hola! Me gustó mucho tu escrito. Lo encontré por Twitter.
Tu describes exactamente qué es ser periodista.
La dirección de mi blog es www.cronicasdelacol.blogspot.com
¡Saludos Cordiales!

Iraima Rivera

Argénida Romero dijo...

Gracias Iraima.

Gracias por tu invitación a pasar por tu espacio.

Abrazos.

Nicky dijo...

Me gusta Gabriel Garcia Marquez :) y tu blog esta muy formal.

saludos!

Anónimo dijo...

Leí Cien años de soledad con 13 años, cuando llevaba pocas páginas tuve que volver a empezar porque me liaba con tanta familia Buendía pero es lo mejor que he leído sin duda. No sabía que había sido periodista pero cómo no!!
Me quito el sombrero con este señor.