jueves, 19 de julio de 2012

Día ochenta y cuatro. La insoportable levedad de la vida

Imagen tomada de Revista Criterio
Cuando se discutía el hoy artículo 37 de la Constitución de la República, después de consultas populares, se levantaron voces. Pero más pudo la doble moral, la fuerzas de los dogmas y la falta de sentido de derecho de nuestros legisladores. Condenaron a las mujeres a ser presas del machismo dogmático, nos amarraron el vientre a sus intereses: el respeto a la vida desde la concepción.

Resulta que los defensores de ese adefesio, jubilosos, ondeaban sus banderas de triunfadores. El mundo de la maternidad idílica se hacia realidad, según ellos. Pero resulta que no es ideal, y que las realidad no es un cuento de hadas.

Hoy la doctora Lilliam Fondeur dio a conocer un caso, que de seguro no es el único ni lo será, que pone en evidencia lo víctimas que somos de un sistema que ve a la mujer como objeto de su maternidad y no viceversa.

Una adolescente de 16 años. Enferma de leucemia. Semanas después de conocerse su condición también se sabe otra noticia: está embarazada de nueve semanas. Lo lógico, ante la gravedad de la joven y la necesidad urgente de quimioterapia, es hacerle un aborto. Pero no, no se puede.

Esa joven es hija única. Esta ingresada en un centro médico de Gascue, en la capital del país. Su vida está en manos de un Comité de Ética que ha decidido esperar a que cumpla 12 semanas de embarazo. ¿Para qué? Ni idea. Un feto tiene pocas posibilidades de sobrevivir a un proceso de quimioterapia. A eso se le suma que un feto demanda alimentación intrauterina, y en este caso esa joven está con una anemia grave producto de la leucemia, conectada a un respirador y en estado grave, por lo que un embarazo empeora su condición y tampoco le depara muchas posibilidades al feto de desarrollarse.

Me han informado que los médicos del centro amenazaron a la madre con no darle tratamiento si iba a los medios de comunicación a dar a conocer el caso. A pesar de eso, el caso ha corrido por las redes. Hasta ahora ningún medio tradicional parece interesado en dar cabida a esta historia. Parece que otras cosas pesan más.

¿Nadie quiere opinar sobre el caso? Y como pregunta la doctora Fondeur en una conversación que sostuvimos. ¿Quienes componen ese comité? ¿Por qué no quieren que se discuta el tema? Y me pregunto ¿Por qué amenazan a una madre desesperada por salvar a su única hija?

En tres semanas puede ser que esta joven no este viva o este en un estado donde será imposible salvarla o prolongarle la vida. El feto morirá con ella, una persona que existe, que ha vivido, con una historia y posibilidades de continuar con ella. Y en las condiciones que ella se encuentra, ¿no han pensado que el feto de todas maneras no podrá sobrevivir, pero que mientras tanto está drenando la poca vida que le queda a esa joven y eliminando la posibilidad de que pueda salvarse?

Claro, estoy segura, muy segura, que si fuera la hija de alguien de ese comité el asunto no estaría en discusión y la quimioterapia hace rato que habría sido aplicada.

Detestable.


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