martes, 4 de noviembre de 2008

Día cinco. Obama


Todo indica que Obama ganará. En Estados Unidos hoy es un día histórico y las razones son varias. Una, la obvia, es Obama. La otra es que estos sufragios cuenta con una participación bastante alta: 153.1 millones de norteamericanos. A esta cifra se agrega que el 73.5 por ciento de la población mayor de 18 años se ha registrado para votar, el mayor número de registrado en este renglón de edad desde 1920.

Barack Obama, con 47 años, ha logrado calar en el ánimo de los norteamericanos. Pero esta popularidad no parte del hecho simple de afirmar que tiene la capacidad para gobernar o que es el único capaz de sacar a flote a la otrora nación fuerte.

Obama es un producto. Un producto del marketing político, por un lado, y de la no opción política, por otro lado. Y no es que ponga en duda su preparación como político, pero es innegable que tras su ascenso está la mano (¿invisible?) que agregó a su figura la aureola del candidato incansable, imbatible y joven, elementos necesarios para presentar la parte opuesta a la imagen desgastada de un John McCain.

Esta acción no es reprochable. Es una acción valida dentro del escenario político, aunque algunos piensen que Obama es una especie de pro hombre, un llegado del cielo que puede prescindir de esos métodos.

Aclarado el punto de Obama, el hombre político; está el de la carencia de opciones. El análisis quizás suene simplón pero no alejado de la realidad. La gestión republicana ha sufrido un desgaste y descredito progresivo que los deja sin muchas posibilidades de mantener el poder. A esto han contribuido una serie de hechos en los que se destacan dos: Irak y la crisis financiera.

En Estados Unidos existe una intensión generalizada de rechazo a las políticas llevadas a cabo por el gobierno republicano de George Bush y no es un secreto que su impopularidad permea al candidato John McCain, quien durante la campaña trato de manera infructuosa de desligarse de la figura de Bush. Así que si no se quiere a los republicanos sólo queda una opción: Obama.

A esto agrego lo del voto de rechazo. El voto a Obama en rechazo a los republicanos. Votos que favorecerán a Obama pero que no, necesariamente, sean un aval de apoyo a sus promesas de cambio.

Sobre el hecho de que Obama sea un afroamericano no opinaré mucho, sólo diré que me parece un asunto de estética más que de profundidad.

Hoy las urnas hablaran. Claro, veremos si no asistimos al mismo escenario del año 2000, cuando la decisión quedo en mano de los jueces de la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos.

Y, para no dejar atrás el interés mostrado por los visitantes de este espacio, reseño los resultados de la encuesta propuesta por este blog sobre la preferencia entre McCain y Obama. De doce lectores, 10 votaron a favor de Obama y 2 a favor de McCain.

Actualización:
Los pronósticos acertaron. Obama es el primer presidente afroamericano en Estados Unidos. Obtuvo el 52 por ciento de los votos electorales: 349 frente 163 de su rival John McCain, según el último conteo. Yes, we did. Ahora esperemos los hechos.

Su primer discurso como presidente electo



1 comentario:

Gabriel del Gottó dijo...

Un tonto util...
Maravilloso analisis... yo no ubiese dicho mejor.

Y sobre si es negro o no... considero que es el mayor despliegue de racismo del pueblo norteamericano, el tanto mencionar este hecho. Gran vaina men? estamos hablando de un ser humano o de un carro?... te digo, son unos ridiculos...