Fui una de las que enlace hoy un artículo escrito por el periodista José Rafael Sosa en su blog sobre el supuesto fraude en la autoría de las memorias de Dedé Mirabal sobre sus hermanas, y en el que sostenía -como una afirmación y no como una suposición- que la autoría original de la obra correspondía a la escritora Ángela Hernández.
Mucha gente replicó ese post, sorprendidos ante la noticia. En mi caso, luego de enlazarlo en mi perfil de Facebook me desconecte, pues debía salir a resolver mis compromisos diarios. Luego de hacer mi rutina mañanera y almorzar, llegue a mi trabajo y al conectarme y revisar mi correo electrónico me entere que el señor Sosa había borrado el post y, en su lugar, había publicado otro artículo en que hacía aclaraciones que –pienso- debió constatar antes de hacer afirmaciones tan comprometedoras.
Ante todo esto me acerque a mi jefe, quien leyó el libro hace varios meses y le pregunte algunas cosas. Él ni se había enterado de la bola de nieve creada por los señalamientos del señor Sosa. Me explicó que en el texto del libro aparecen las escritoras Ángela Hernández y Ruth Herrera como correctoras y colaboradoras en la redacción del libro. Agregó, además, que doña Dedé hace mención de ambas en el prólogo de las memorias y agradece su colaboración. Hasta, me afirmó, llega a apuntar que la redacción de esas memorias era posible gracias a ellas.
De esto me queda, al menos a mí, la reiteración de algunas lecciones que como periodista uno nunca debe olvidar: 1) Tratar como supuestos y alegados los hechos o situaciones que aun no he podido confirmar; 2) Buscar por todos los medios contactar las versiones de las personas involucradas e investigar; 3) Cuidar mis emociones al momento de tratar un caso en que uno de los involucrados esté relacionado a mí por algún vinculo; 4) En caso de que ese vinculo sea muy estrecho (familiar), ponderar si me será posible tratar ese caso con fines de publicación sin que mis emociones me hagan olvidar el punto 1 y 2 de estas lecciones.
Espero que en este caso pueda aclararse cualquier duda o resquemor, sobre todo ante la gente que se sintió decepcionada y confundida ante el cuestionamiento sobre la autoría de este libro.
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