jueves, 29 de julio de 2010

Día cuarenta y tres. Tradicionales y alternativos


Esta semana la página web Wikileaks (muy parecida a Wikipedia) destapó otro escándalo que ganó espacio en portadas de varios periódicos y de primicia en los demás medios de comunicación. Dio a conocer documentos filtrados sobre manejos no muy claros de la guerra que mantiene Estados Unidos en Afganistán e Irak. No es la primera vez que lo hace. Meses atrás colgó los videos en que un caza norteamericano mataba civiles sin ningún miramiento (entre ellos dos periodistas) en Irak.

Sobre el caso surgen preguntas si estos documentos son filtrados a propósito. No obstante, el contenido de este portal ha causado y amenaza con seguir causando más de un dolor de cabeza. Podríamos decir que este portal hace un trabajo de periodismo alternativo al tradicional, una especie de “otra voz” que podría significar un equilibrio frente a la información oficial y en esta característica me quiero detener.

Los medios tradicionales son conocidos por todos. En el caso de la República Dominicana están todos los periódicos de circulación nacional, informativos radiales y televisivos. Son los que usualmente utilizamos para informarnos “de lo que pasa en el mundo”. Todos, sin excepción, son propiedad de alguien; y ese alguien en estos tiempos está usualmente representado por un grupo económico.

Esto no es una novedad. Aquí y en todos los demás países los medios tradicionales tienen dos sostenes: publicidad y recursos de los grupos o grupo que asume su propiedad. Esta naturaleza los inclina en ocasiones a un lado de la balanza; y en otros momentos, al otro lado de la misma balanza. Podríamos decir que es una objetividad parcial, toman la parte de la realidad que les conviene en casos específicos (aunque en algunos casos mienten abiertamente). Por ejemplo, si un proyecto perjudica a un grupo económico dueño de un medio de comunicación, ese medio elige uno de tres caminos: 1) no trata el tema; 2) usa herramientas veladas para desmeritarlo o; 3) asume una abierta posición en contra de la iniciativa, aunque eso signifique perder credibilidad.

“Nadie afila cuchillo contra su garganta”, dice un adagio popular. Claro, esto no significa que todo siempre sea así, pues los medios tradicionales no siempre están en guerra con sus intereses, ni asumen todo el tiempo la presión de otros grupos; sean políticos, económicos o sociales.

Pero en este escenario también participan los medios alternativos. Según el diccionario de la Real Academia, alternativo significa: 1. adj. Que se dice, hace o sucede con alternación. 2. adj. Capaz de alternar con función igual o semejante. 3. adj. En actividades de cualquier género, especialmente culturales, que se contrapone a los modelos oficiales comúnmente aceptados.

Entonces, ¿qué sería un medio de comunicación alternativa? Aquel que nos presenta una opción diferente al tradicional, que se hace la pregunta que no se hace el tradicional, que aprovecha las fisuras de los medios tradicionales para sacar otro filo a la información o para revelar esa parte de la realidad que los tradicionales (por defensa a sus intereses) no pueden o quieren mostrar. Dar peso a la balanza del otro lado.

Uno de los escenarios que en los últimos tiempos ha servido a los medios alternativos es el Internet, como es el caso de Wikileak. Los blogs han sido canales para este fin y dieron mayor apertura a lo que muchos denominan periodismo ciudadano, que tiene sus pros y sus contras (estos últimos a veces tan oscuros como los contras de los tradicionales).

No obstante, y observando algunos acontecimientos recientes, tengo la impresión de que en nuestro país muchos han confundido esta alternatividad. Esta situación la veo con más frecuencia en los blogs “informativos” que sólo de dedican a ser ecos de las noticias ofrecidas por los medios tradicionales.

Unos se dedican sólo a linkear las informaciones publicadas en la web de los medios tradicionales, la mayoría de las veces sin ni siquiera dar los créditos. Otros acompañan el linkeo con un comentario fuera de lugar o amarillista sin ningún objetivo más allá del morbo y sin aportar ninguna nueva visión a la información. Otros, en la peor práctica, se dedican al copy paste sin atribuir fuentes y, en ocasiones, hasta modificando el texto a su antojo.

Supongo que es la ley del menor esfuerzo. Es más fácil linkear o copiar que sentarse algunos minutos y hacer preguntas válidas frente a la información que los tradicionales presentan y buscar posibles respuestas amparados en datos o informaciones conocidas con anterioridad en las que nadie repara. En ocasiones, algunos confunden la naturaleza de su propio sitio web en presentarlo como un espacio de información noticiosa de actualidad, cuando lo que hacen es más un trabajo de revista de espectáculo.

Un ejemplo reciente fue la cobertura de la llegada de Sobeida Félix Morel al país. Las fisuras de los medios tradicionales en esta cobertura estaban a la orden del día. Muchos “alternativos” en vez de hacer criticas coherentes, preguntas que hacían falta hacer, asumir huecos informativos y tratar de guiar a sus lectores a aspectos que parecían no importar a los medios tradicionales, se dedicaron a ser simple repetidores de lo ya dicho o visto.

En este caso, recuerdo que un periodista el día en que fue llevada Sobeida al tribunal sólo se le ocurrió preguntarle “¿Qué se siente ser la mujer más famosa del país?”. (¡¿?¡) Un asunto tan baladí estuvo por encima de preguntarle ¿Cómo salió usted del país? ¿Se comunicó con sus hijos durante los diez meses que estuvo en Puerto Rico? ¿Cómo logró evadir su captura durante todo ese tiempo? ¿Acompañaba usted a Figueroa Agosto el día de su detención?

¿Qué hicieron los “alternativos”? Replicar hasta el cansancio la misma cara sonriente de Sobeida y Mary Pelaez, asumir comentarios morbosos sobre esa actitud, la pregunta de ese periodista parece que no les llamó tampoco la atención, hacer relaciones amarillistas del aspecto de Sobeida…o sea, un largo etcétera que lo único que hacia era reforzar el único lado de la balanza que parecían presentar los medios tradicionales.

¿Eso es ser alternativos?

1 comentario:

El Dosmilypico dijo...

ummm, al fin y al cabo, todos resultamos ser "alternativos" según el modo y la ocasión.

Saludos para la R.Dominicana.