martes, 4 de febrero de 2014

Dedé

Foto Eliú Castillo. Panorama Latino

Dedé Mirabal murió el sábado pasado. La noticia se esparció con tristeza y pesar. Muchos alabaron su valentía, su entrega a la familia, a la crianza de los huérfanos de sus hermanas Minerva, Patria y María Teresa.

Otros discutían detalles. ¿Era ella otra "mariposa"? Mariposa era en nombre clave utilizado por Minerva en sus actividades clandestinas contra Rafael Leonidas Trujillo y que tras el asesinado de las tres hermanas se empezó a usar para evocarlas. Los que cuestionaban el uso del apelativo a Dedé dicen que ella solo se hizo cargo de lo que era su obligación tras la muerte de sus hermanas. Otros hasta cuestionaron que se colocara una bandera sobre su ataúd. 

Lo que voy a escribir es una opinión personal, a partir de las pocas cosas que sé, que me han dicho, que conozco sobre Dedé Mirabal. Y, por supuesto, añadiendo dos dedos de frente...sentido común.

No le voy a dar categoría de heroína nacional a doña Dedé, aunque pensando en que Pedro Santana está en el Panteón Nacional...bueno. Entiendo y sé que no estuvo involucrada de lleno en las actividades de sus hermanas contra la tiranía. Mil razones pudo tener. 

Sin embargo, y aquí va el juicio más allá de una opinión personal, veamos los hechos y sus consecuencias. Fue Dedé quien buscó los cadáveres de sus hermanas, quien reiteró, voceó e insistió en decir que era un asesinato y no un accidente. Haga el ejercicio y dígame si no tenía los ovarios bien puestos esta mujer. ¿Cuántas personas se hubiesen expuestos así en plena locura dictatorial? 

Otra cosa que me pregunto, ¿Cómo habrán trascurridos los meses posteriores al asesinato de las Mirabal? ¿A que presiones se habrá enfrentado Dedé? Eso sin contar que a ella debemos la conservación del legado de sus hermanas, misión que inició con su rebeldía ante la versión oficial de la dictadura, cuando antes de enterrar a sus hermanas cortó larga trenza del cabello de María Teresa Mirabal.

Y hoy me entero que vendía seguros para vivir. Sí, ella, contrario a otros, no buscó cargos en los gobiernos como precio a pagar por el legado de sus hermanas. No cobraba su "botella" como otros "patriotas". Trabajaba.

¿Merecía que la bandera estuviera sobre su ataúd? Sí, lo merecía. En especial para recordar su ejemplo, para mostrarlo, para enseñarnos el valor de las acciones a lo largo de una vida, no solo en un momento específico. ¿Era una mariposa? Lo fue, para mí lo fue, por algo de sentido común: la connotación relacionada con ese nombre a las hermanas Mirabal no abarca solo su lucha clandestina en la tiranía, que de paso era el seudónimo solo de Minerva, sino que encuentra su sentido actual en el legado que mantuvo vivo Dedé. ¿Entonces por qué ella, al igual que Patria y María Teresa no podría ser considerada mariposa?

¿Sobreviviente? No sobrevivió a la cárcel ni a la persecución, sobrevivió al rencor que le correspondía al enterrar a sus hermanas, al sufrimiento de su familia, de sus sobrinos. 

Aquí les dejó un trabajo realizado por Patricia Solano sobre Dedé.

1 comentario:

En Fa Mayor dijo...

Hermoso! Muy bien dicho. Gritar que las mataron, cuando le pretensión de la dictadura era fingir un accidente, fue un acto que le costó bastante hostigamiento a la familia Mirabal, como consta en las memorias de Dedé "Vivas en su jardín".
Dedé no sólo fue vendedora de seguros, fue además agricultora y una experimentada y exitosa administradora de fincas, cosa que aprendió de su padre, que comercializaba productos con Dedé de asistente en su almacén. Dedé trabajó toda su vida, desde jovencita hasta que murió. En el ámbito de la producción agrícola estaba además muy adelantada, pues fue de las primeras en el cultivo de cacao orgánico y estuvo hasta el otro día ganando premios internacionales por ese motivo. Hay que escuchar a esos nietos y nietas de Dedé contar como les enseñó a todos a trabajar el cacao; la siembra, la recolección, el trabajo en los secaderos....si algo la distinguió en toda su vida fue la disposición al trabajo. Había que verla afanar en el museo, que fue su gran obra.
Te quiero hablar ahora sobre "Mariposa", que como bien dices, era un pseudónimo. En la clandestinidad, cada catorcista tenía uno y ciertamente, Dedé no era catorcista, pero debes saber que no sólo Minerva era "Mariposa". Las mariposas terminaron siendo tres: Minerva, María Teresa y Sina Cabral (que está viva) porque las pusieron juntas en una celda de La Victoria y los demás catorcistas presos, que sabían que Minerva era "Mariposa1" y María Teresa era "Mariposa2" terminaron llamándoles "mariposas" a las tres, clave muy útil para el trasiego de cartas, libros y comida dentro de la cárcel. Ojalá un día conozcas a Sina, una mujer imponente. Ya es casi anciana y su fuerza te cautiva; se salvó porque al ser liberada se asiló en la Embajada de Argentina y pudo irse al exilio.
En fin....tu dirás que cómo sé todo esto! Bueno, mi madre fue también catorcista y luego en el 63, guerrillera; la única mujer de la guerrilla de Manolo. Era Piky Lora, cuyo pseudónimo era "Patricia". Un abrazo!